Tecnología para la sostenibilidad: Sensores climáticos, redes inteligentes, bioenergía
- Walter Rivera
- 10 jul
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Actualizado: 10 jul
Frente a los desafíos del cambio climático y la presión sobre los recursos naturales, la innovación tecnológica se consolida como el motor clave para construir economías sostenibles.

(M&T)-. Desde sensores climáticos hasta redes inteligentes y soluciones de bioenergía, América Latina comienza a adoptar herramientas que no solo mejoran la eficiencia energética, sino que también fortalecen la resiliencia ambiental.
Los sensores climáticos de nueva generación están transformando la forma en que se monitorean los ecosistemas urbanos y rurales. Según el Banco Mundial, la digitalización de la agricultura mediante sensores de humedad, temperatura y composición del suelo puede aumentar la productividad hasta en un 25% y reducir el uso de agua en más del 30%. Países como Chile y Colombia ya aplican estos dispositivos en zonas vitivinícolas y cafeteras para optimizar el riego y reducir emisiones vinculadas al uso de fertilizantes.
En paralelo, las redes eléctricas inteligentes están ganando terreno como infraestructura clave en la transición energética. Estas redes permiten una gestión dinámica del consumo eléctrico, integran fuentes renovables como la solar y eólica, y detectan fallas en tiempo real. La mexicana Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Electrobras en Brasil han iniciado pilotos que permiten el ajuste automático de la demanda según la producción, evitando apagones y desperdicio energético.
La bioenergía también está ganando relevancia como una fuente limpia y renovable. A partir de residuos agrícolas, forestales y urbanos, países como Argentina y Costa Rica están generando biogás y biodiésel para sustituir combustibles fósiles en el transporte y la industria. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), la bioenergía podría representar hasta el 30% de la matriz energética de América Latina para 2040, si se consolidan políticas de incentivo y acceso a financiamiento verde.
Sin embargo, la adopción masiva de estas tecnologías enfrenta retos estructurales: desde la falta de inversión inicial, hasta brechas de infraestructura digital y capacitación técnica en zonas rurales. Según CEPAL, solo el 36% de los municipios latinoamericanos cuenta con planes tecnológicos alineados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El avance hacia una región más sostenible requiere una articulación entre gobiernos, sector privado y centros de innovación. Iniciativas como la Alianza Latinoamericana para la Digitalización Sostenible (ALDS), lanzada en 2024, buscan precisamente acelerar la transferencia tecnológica y el financiamiento climático en los países de la región.
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