Fomentar el movimiento laboral se consolida como estrategia de productividad
- Walter Rivera
- hace 3 horas
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Incorporar el ejercicio en la rutina laboral dejó de ser una tendencia pasajera para convertirse en un componente estratégico dentro de la sostenibilidad empresarial. Más allá de los beneficios físicos, esta práctica impulsa organizaciones más humanas, saludables y resilientes, capaces de enfrentar los desafíos actuales del entorno laboral.

(M&T)-.Según Karla Solís, especialista en Movimiento Humano y fundadora de EKA Gimnasio, las empresas que integran el bienestar físico como parte de su política de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) logran fortalecer la motivación, reducir el ausentismo y mejorar la productividad. En un país donde se proyecta que el sedentarismo alcanzará un 52% para 2030, promover el movimiento no solo es una acción de salud, sino una inversión con retorno tangible.
De acuerdo con datos del Colegio Americano de Medicina y Deporte (ASCM), por cada US$1 invertido en programas de bienestar laboral, las compañías pueden ahorrar hasta US$5 en incapacidades y rotación de personal. Esto demuestra que la actividad física no solo aporta bienestar individual, sino que también contribuye a la sostenibilidad financiera y social de las organizaciones.
Cada vez más empresas en Costa Rica comienzan a ver la actividad física como un pilar de su estrategia de sostenibilidad. Solís sostiene que fomentar el movimiento dentro del entorno laboral refleja un compromiso real con el capital humano. Las pausas activas, los programas deportivos o los convenios con gimnasios son ejemplos de acciones que, con bajo costo, generan alto impacto en la cultura organizacional.
“No se trata de lujo, sino de educación y compromiso. Promover el ejercicio dentro de la empresa es una forma de construir valor compartido: las personas mejoran su salud y las organizaciones fortalecen su reputación y permanencia”, subraya la especialista.
Estrategias accesibles y adaptables
Incorporar el ejercicio no exige grandes presupuestos. Entre las estrategias recomendadas por EKA Gimnasio se encuentran:
Pausas activas: breves sesiones de estiramiento o respiración que reducen el estrés y elevan la energía.
Hábitos activos: promoción del uso de escaleras, caminatas cortas o movilidad sostenible.
Espacios de movimiento: aprovechar zonas comunes o verdes para la práctica física.
Alianzas con gimnasios externos: convenios para tarifas preferenciales o clases grupales.
Cada empresa puede adaptar estas prácticas según su cultura y tamaño, manteniendo siempre una visión de continuidad y propósito. En sectores como la manufactura, la adopción ha sido más rápida; sin embargo, las oficinas administrativas también pueden beneficiarse al incorporar rutinas que reduzcan el sedentarismo.
La división EKA Corporativo ha demostrado el impacto medible de estos programas. En cinco años, las empresas con las que trabajan redujeron hasta un 50% las incapacidades y aumentaron la asistencia a los gimnasios en otro 50%, según reportes internos. Además, una plataforma digital permite dar seguimiento a la participación del personal y ofrecer informes en tiempo real a los departamentos de Recursos Humanos y EHS (Environment, Health and Safety).`
Para Solís, el éxito no radica únicamente en tener un gimnasio corporativo, sino en crear una cultura que valore el bienestar como parte del compromiso social. “Cuando una empresa cuida la salud de su gente, también está contribuyendo con la salud de la sociedad. El ejercicio no solo transforma cuerpos: transforma culturas laborales”, concluye.





