Remesas, el motor que sostiene el consumo en América Latina
- M&T
- hace 18 horas
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Las remesas se han convertido en uno de los motores más importantes para la estabilidad económica en América Latina, y especialmente en Centroamérica.

(M&T)-. Estos flujos de dinero enviados por migrantes no solo representan un alivio para millones de hogares, sino que también se han transformado en un elemento clave para el crecimiento del consumo y la solidez de los mercados internos.
Solo en 2024, los envíos hacia América Latina y el Caribe superaron los US$160,900 millones, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En el caso de Centroamérica, los ingresos por remesas llegaron a representar hasta un 23 % del PIB en países como Honduras y El Salvador, consolidándose como un pilar para mantener el equilibrio macroeconómico en tiempos de incertidumbre.
Más allá de las cifras, las remesas permiten que familias enteras puedan cubrir necesidades básicas como alimentación, salud y educación. En países con alta vulnerabilidad social, esta entrada de recursos se convierte en un amortiguador frente a crisis políticas, desastres naturales o inflación. Sin embargo, esta fuerte dependencia también plantea un debate: ¿qué tan sostenible es que el consumo interno dependa en gran medida del dinero que proviene del exterior?
El panorama reciente refleja contrastes. Mientras que México reportó caídas en el volumen de remesas a inicios de 2025, países como Guatemala, Honduras y El Salvador alcanzaron niveles récord en mayo de ese mismo año. Este comportamiento evidencia que, aunque la tendencia general sigue siendo positiva, la dinámica depende de factores externos como la economía estadounidense, las políticas migratorias y la estabilidad laboral de los migrantes.
Otro aspecto relevante son los costos de envío, que han disminuido en la última década gracias a la digitalización y la competencia de las fintech. No obstante, aún superan la meta del 3 % establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Bajar estas tarifas es fundamental para que más dinero llegue a los hogares y pueda destinarse a ahorro o inversión.
Existen también riesgos derivados de propuestas regulatorias en Estados Unidos, como el establecimiento de impuestos a las remesas. Expertos advierten que un gravamen de tan solo un 3,5 % podría reducir el crecimiento de los envíos y afectar directamente a países donde estos ingresos representan la principal fuente de divisas. Este tipo de medidas abriría además la puerta a que los migrantes busquen canales informales o recurran a criptomonedas para evadir comisiones.
Pese a estos desafíos, las remesas seguirán siendo en los próximos años un ancla de estabilidad para Centroamérica. El reto de los gobiernos está en transformar este flujo de consumo en una palanca de inversión productiva, que impulse sectores como vivienda, educación técnica o emprendimiento, y así garantizar un desarrollo más sostenible a largo plazo.
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