Al plantear la renuncia a un determinado puesto laboral, y dejar atrás una institución, suelen generarse algunas distorsiones desde una perspectiva neural, las cuales pueden crear dudas y ser inconsistentes con la elección previamente tomada.
Por: Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D
Asesor y analista financiero, abogado, profesor e investigador
(M&T)-. Este concepto es conocido como la neuro-disonancia cognitiva, la cual hace mención a la generación de ideas o interpretaciones de la realidad, diferentes a lo esperado en función de una decisión o actuación previa, y que de no ser analizadas correctamente, pudiesen dar paso al cuestionamiento de aquello realizado.
Es clave indicar que el planteamiento de una renuncia, en especial atención a aquellos casos donde se ha desarrollado una relación de larga data con una organización, deriva en un cambio del paradigma y la realidad perceptiva del individuo, pudiendo devenir en cuestionamientos e ideas que pueden resultar lesivas para la persona, y que incluso pueden conllevar la generación de dudas referentes a la pertinencia y claridad de la decisión de haber roto el vínculo contractual, por lo cual es importante denotar algunos puntos o claves que sirven a manera de reforzamiento positivo de la decisión tomada.
Con base en lo anterior, surge el concepto del neuro-engrama mental, el cual consiste en un arquetipo de pensamiento y una ruta cerebral de cognición interpretativa, que permite tener un parámetro definido para comparar una situación particular, permitiendo así el cotejo de una determinada decisión o situación, para con estos esquemas cognitivos, logrando así realizar una ponderación de la actuación realizada, siendo en este caso la decisión de haber planteado la renuncia y dar por finalizada la relación laboral con la institución en cuestión. Resaltan así, los siguientes neuro-engramas de relevancia.
La excelencia no es arrogancia: una situación muy lamentable en instituciones, donde se considera a la persona que sobresale del promedio y cuyos logros son evidentes, como alguien arrogante o petulante, aun cuando no haga alarde de ello, situación que es totalmente contraria a la realidad y no debe ser nunca tolerada, pues la búsqueda de la excelencia debiese ser una constante en las instituciones y en al ámbito laboral
Lo malo está mal, pero lo mediocre es peor: reconocer una situación incorrecta, o a una persona con malas intenciones, o simplemente pésima en su gestión laboral y profesional, es de relativa facilidad, pero es peor encontrar a un mediocre con justificantes, esto es evidencia de un individuo paupérrimo en sus capacidades y gestión de trabajo, que solamente trata de hacer pasar algo malo como bueno, intentando justificar una conducta mediocre que no debiese ser aceptada en primer lugar, pues es deficiente en todos sus extremos.
La falta de reconocimiento es incorrecta e injusta: los logros laborales, profesionales, intelectuales y personales, deben ser reconocidos en toda institución que desee un ambiente laboral correcto, no obstante, cuando esto no se da, y más bien tiende a valorarse con prioridad al individuo con características sociales o serviles por conveniencia, claramente, dicho proceder es incorrecto, y no debe ser justificado en ninguna circunstancia.
La traición es una decisión, no un error: el brindar la confianza y el apoyo a una determinada persona dentro de la organización, y el recibir a cambio una traición, no debe ser interpretado nunca como un error, esto solo justificaría una acción que ha sido dirigida a causar daño, por lo que su aceptación y definición como una decisión directa de quien la comente resulta ser lo más procedente, deviniendo en una mayor facilidad de dejar atrás este axioma vivencial anodino.
El culto a lo mínimo revela conformismo: al generarse en una entidad una idolatría o un seguimiento y admiración a quien hace lo mínimo y con esto se considera por encima de la media, claramente revela un estancamiento profesional e intelectual en el lugar, y denota la existencia de personas que se conforman con algo trivial y básico, situación que no debe ser considerada como justificable, pues en esencia revela una preferencia por aquello con rasgos mediocres y lesivos.
Al analizar estos cinco engramas mentales, debe señalarse que su ponderación con relación a la renuncia que la persona ha interpuesto es procedente, de forma que pueda confrontarse la realidad de la institución o la empresa de la cual el individuo ha decido alejarse, donde claramente, al ser confrontada la materialidad del lugar con las situaciones expuestas, y de ser estas evidenciables en la organización, sin duda la decisión de haber renunciado es la correcta.
Cabe indicar que el ejercicio anterior responde a la denominada teoría de la simetría neural, donde es necesario que cada circuito de pensamiento y cognitivo que se inicie, puede ser cerrado de una forma proyectiva o real, permitiendo así la aceptación de una realidad clara, donde la decisión de renunciar responde a muchos elementos observables, pero que en esencia son contrarios a los neuro-engramas, y que no deben ser nunca justificados ni aceptados profesionalmente.
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