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  • Foto del escritorAlejandra Samayoa

Del mercadeo cuántico y el consumidor bio-existencial



El mercadeo como sub-rama de la Administración plantea su enfoque primordial en la gestión de productos y servicios que permitan solventar una necesidad y satisfacer un determinado deseo en el consumidor.



Por Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D, asesor empresarial, abogado, profesor e investigador.


(M&T)-. Precisando a la vez un valor agregado, de forma que dicho individuo pueda ser considerado como un cliente y se genere el concepto del vínculo emotivo-cognitivo de fidelización para con la empresa.


El concepto en cuestión, aunque bastante preciso y empíricamente validado de previo, parece adolecer de un análisis de mayor profundidad en materia de las relaciones subyacentes a la vida misma de la persona, así como de aquellos elementos que pudiesen ser correlacionados como factores de generación de un vínculo cuasi-existencial de la persona y la empresa comercializadora del bien o servicio en cuestión.


Es precisamente en este punto que surge la rama epistemológica y científica denominada como el Mercadeo Cuántico, el cual, aunque parte de los principios básicos de la ciencia existente, expande su alcance por medio del uso de tecnologías y elementos aritméticos de gestión de datos.


Esto permite la obtención de información subyacente e inherente a la persona, por medio de la cual puedan definirse patrones conductuales elementales y libres de sesgos, para posteriormente ser analizados a la luz de las relaciones cuánticas existentes entre las partículas mismas detalladas en los datos de corte corporal recabados.


En una primera aproximación, el Mercadeo Cuántico plantea su base en el estudio de datos corporales del consumidor, los cuales no son obtenidos por medio de técnicas investigativas tradicionales, sino más bien se recurre al uso de tecnologías biométricas, de las cuales se pueden obtener datos de corte corporal y fisiológico, así como información de corte neural.



Destacan acá las respuestas galvánicas, la información biogenética, los mapas de calor corporales, encefalogramas de activaciones por estímulos, e incluso datos de corte fotónico que pudiesen revelar condiciones relativas a la conducta comercial y vida misma de un individuo.


Claramente la obtención de los datos antes señalados deben ser sustentada en el uso correcto de las correspondientes tecnologías que permitan su extracción, que, vale mencionar, deben ser diligenciadas bajo los parámetros bioéticos y neuro-éticos pertinentes, pues en esencia se está gestionado la información más esencial e íntima del ser humano, la cual revela las correlaciones aún ocultas al mismo sujeto investigado. Destacan aquí los procesos bioquímicos que señalan activaciones por estímulos específicos, que a su vez pudiesen ser correlacionados a determinadas actuaciones conductuales de compra, de forma que revelen la esencia misma de la decisión de consumo final de la persona.


En aras de lograr definir estas correlaciones adyacentes a la vida misma del consumidor y sus decisiones de compra, se recurre al concepto del entrelazamiento cuántico. Su postulado señala que cuando dos partículas, incluso a nivel subatómico, o bien dos sistemas determinados, han estado ligados entre si, o al menos han interactuado por un determinado lapso, estos siguen intercambiando información e interactuando entre ellos, influyéndose mutuamente, aún cuando se apliquen las variables del espacio y tiempo de por medio.


De esta forma puede plantearse, al menos a nivel de hipótesis, la eventual influencia que las variables biogenéticas, corporales, neurales y químicas tienen entre si, para con el entorno, y su incidencia en la decisión final, pues básicamente, se parte de la premisa de su establecimiento como partículas con la capacidad de interactuar.


Estas al estar relacionadas con el entorno mismo de la persona, claramente deben repercutir en un coligamen en la decisión de compra de la persona compradora, presentando a la vez una relación para con las variables comerciales de una determinada estrategia de mercadeo.


En línea de lo anterior, y en aras de lograr determinar las posibles relaciones cuánticas, se hace uso del principio de la no separabilidad, que establece la imposibilidad de factorizar la distribución de probabilidad, tema que extrapolado al mercadeo, permite plantear postulados tan extremos tales como la influencia de un determinado neurotransmisor en la colorimetría, el tipo de sangre y la aceptación publicitaria, o incluso la temperatura corporal y el precio percibido, entre otros.


El abordaje y la aplicación empírica de estas técnicas requieren la gestión de aplicaciones matemáticas bastante complejas, pero que en su expresión más simple, permiten plantear correlaciones estadísticas, integraciones y derivaciones cuantitativas que logren determinar de forma evidente las correlaciones existentes en las conductas del consumidor y las estrategias mercadológicas utilizadas por las empresas, pero desde un enfoque cuántico humano. El tema sin duda, abre la posibilidad del establecimiento de modelos gerenciales, evaluativos y predictivos que maximicen la generación de un Mercadeo más efectivo, pero a la vez más humano.





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