Capital internacional en expansión: La banca regional atrae inversión extranjera
- Walter Rivera
- hace 16 horas
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La combinación de estabilidad macroeconómica en ciertos países, reformas regulatorias más claras y una digitalización creciente ha captado la atención de bancos globales, fondos de inversión y fintechs que ven en la región un mercado estratégico.

(M&T)- Durante los últimos cinco años, la inversión extranjera directa (IED) en el sector financiero ha mostrado una recuperación sostenida. Según datos de la CEPAL, en 2023 el sector financiero y de seguros recibió más de US$10,000 millones en flujos de inversión extranjera directa en América Latina, con destinos destacados como México, Brasil, Colombia y Chile. El interés no solo proviene de bancos tradicionales como Santander, Itaú o Citi, sino también de fondos de private equity y capital de riesgo que apuestan por startups financieras locales o regionales.
La digitalización bancaria es uno de los principales atractivos. Firmas como Nubank, que logró una expansión meteórica desde Brasil a México y Colombia, ejemplifican el atractivo de modelos bancarios digitales para los inversionistas globales. “Los fondos buscan plataformas escalables que puedan operar con bajo costo en mercados amplios y con poca penetración financiera”, afirma el BID Invest en su reporte 2024 sobre inclusión financiera.
Además, la inclusión financiera sigue siendo un motor clave. A pesar del crecimiento de la bancarización, más de 200 millones de personas en la región aún no acceden a servicios financieros formales, según el Banco Mundial. Esto representa una oportunidad de largo plazo para inversionistas que buscan impacto social junto con rentabilidad.
Por otro lado, las reformas regulatorias están facilitando la llegada de capital extranjero. En Centroamérica, países como El Salvador, Costa Rica y Guatemala han actualizado sus marcos normativos para permitir mayor participación extranjera en el sistema financiero, simplificar licencias digitales y mejorar los estándares de transparencia. En Panamá, la banca internacional sigue viendo un hub financiero atractivo pese a los desafíos reputacionales recientes.
Sin embargo, los riesgos persisten. La volatilidad política, los cambios fiscales y la fragilidad institucional en ciertos países pueden generar incertidumbre. Además, el endurecimiento de las regulaciones internacionales contra el lavado de dinero impone costos y vigilancia más estricta, lo cual puede afectar la velocidad de entrada de ciertos capitales.
Con todo, la banca regional está transitando hacia un modelo más competitivo y globalizado, en el que los actores extranjeros no solo aportan liquidez, sino también innovación, nuevos estándares y alianzas estratégicas. El futuro del sector dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas demandas tecnológicas y sociales, mientras navega un entorno geopolítico más exigente.