Tres estrategias para un futuro sostenible en los centros de datos
- Walter Rivera
- hace 2 días
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La eficiencia energética en los centros de datos se ha convertido en un punto crítico para el futuro digital de la región. El crecimiento acelerado de la inteligencia artificial (IA) y de la economía digital multiplica la demanda de energía, lo que obliga a replantear cómo operan estas infraestructuras.

(M&T)-. Frente a este desafío, la sostenibilidad no es solo un valor agregado: es un requisito para garantizar la continuidad y competitividad en mercados cada vez más dependientes de la tecnología.
En países como Chile, Perú, Colombia y Argentina, la transformación digital avanza con rapidez. Chile proyecta un crecimiento superior al 6% anual en su mercado de centros de datos hasta 2027; Perú impulsa políticas públicas para robustecer su conectividad; en Argentina, se estima que la inversión supere los US$220 millones hacia 2026; y en Colombia, el 70% de las empresas prevé invertir en digitalización en los próximos dos años. Este contexto muestra la urgencia de combinar innovación tecnológica y responsabilidad ambiental para evitar cuellos de botella energéticos.
De acuerdo con Gabriel Estay, director para el Clúster Andino de Data Center y Secure Power, existen tres estrategias clave para alcanzar operaciones sostenibles:
La primera es el uso inteligente de la energía como prioridad de diseño. Esto implica digitalizar todo el ciclo de vida de las instalaciones, implementar gemelos digitales para simulaciones en tiempo real y adoptar hardware de menor consumo. Aquí, la IA se convierte en un aliado al optimizar sistemas críticos como la climatización y la distribución eléctrica.
La segunda es apostar por una infraestructura modular y escalable. Esta modalidad no solo facilita la incorporación de energías renovables —solar y eólica—, sino que también permite añadir capacidad solo cuando la demanda lo requiere, evitando desperdicios y elevando la eficiencia. La integración de materiales reciclables refuerza, además, el compromiso ambiental de estas infraestructuras.
La tercera es la planificación energética basada en escenarios futuros. Esto significa anticipar tendencias como el aumento del consumo por inferencia de IA generativa, previsto para 2027. Ignorar estos límites puede provocar crisis y sobrecostos, mientras que diseñar con visión a largo plazo asegura frugalidad, optimización y resiliencia frente a cambios tecnológicos.
El estudio global Artificial Intelligence and Electricity, elaborado por Schneider Electric, advierte que la eficiencia energética sostenible dejará de ser una opción voluntaria y pasará a ser una condición esencial para sostener el crecimiento digital. Reducir el desperdicio energético será, en definitiva, tan estratégico como mantener la competitividad.