Sostenibilidad, tecnología y crecimiento, el rumbo energético del 2026
- M&T
- hace 5 horas
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La transición energética se ha convertido en uno de los temas centrales para el crecimiento económico y la competitividad global. En 2026, el avance de las energías renovables tomará aún mayor relevancia, impulsado por inversiones, innovaciones tecnológicas y la presión internacional por acelerar la descarbonización.

(M&T)-. Para América Central y el Caribe, esta tendencia no solo responde a compromisos ambientales, sino a la necesidad de fortalecer seguridad energética, reducir costos y atraer inversión extranjera.
Organismos como la Agencia Internacional de Energía (AIE), la CEPAL y el Banco Mundial coinciden en que los mercados emergentes serán los que más crecerán en generación renovable durante los próximos años. América Central y el Caribe destacan especialmente por su capacidad instalada en energía hidroeléctrica, solar, eólica y geotérmica. Países como Costa Rica, Panamá, República Dominicana y El Salvador ya avanzan con proyectos que integran almacenamiento, expansión solar y modernización de redes.
Una de las tendencias más fuertes para 2026 será la integración de sistemas solares a gran escala, acompañados por soluciones de almacenamiento energético. Esta combinación permitirá estabilizar la red, reducir costos operativos y asegurar disponibilidad incluso en horarios de alta demanda. En países caribeños que dependen de combustibles importados, este avance representa un cambio estratégico para disminuir vulnerabilidad y mejorar la sostenibilidad fiscal.
El potencial de la energía eólica también continúa creciendo. Nuevos estudios identifican corredores de viento aprovechables en zonas costeras y montañosas de la región, generando oportunidades para inversiones privadas y alianzas público-privadas. La energía renovable se está consolidando como una alternativa competitiva frente a fuentes tradicionales, especialmente en un contexto de volatilidad de precios del petróleo.
La geotermia, aunque menos masiva, seguirá siendo un pilar distintivo de la región. América Central es una de las zonas con mayor potencial geotérmico del mundo, lo que permite generar energía constante y con baja huella de carbono. Países como El Salvador y Costa Rica continúan fortaleciendo esta industria, integrándola en sus metas de diversificación energética.
Además de la generación, el 2026 estará marcado por la modernización de infraestructura y redes inteligentes. La digitalización permitirá gestionar mejor la energía, reducir pérdidas, integrar fuentes distribuidas y facilitar la participación activa de industrias y hogares en esquemas como medición neta o autoconsumo. Esta evolución será clave para aumentar eficiencia y atraer capital tecnológico.
La energía renovable también abre oportunidades económicas. La región puede posicionarse como un destino atractivo para inversiones en manufactura ligera, centros de datos y nuevas industrias que buscan operar con electricidad limpia. De igual forma, impulsa empleos técnicos, innovación local y nuevas cadenas de valor.
Para América Central y el Caribe, 2026 será un año decisivo en la transición energética. Las empresas y gobiernos que se anticipen con políticas claras, infraestructura adecuada y adopción tecnológica estarán mejor preparados para transformar el sistema energético y fortalecer su competitividad a largo plazo.





