Responsabilidad y rentabilidad: El equilibrio que impulsa a las nuevas marcas
- Walter Rivera
- hace 9 horas
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La forma de consumir está cambiando. Los consumidores latinoamericanos, especialmente las generaciones más jóvenes, están tomando decisiones basadas no solo en el precio o la calidad, sino también en valores éticos, sostenibilidad y transparencia.

(M&T)-. Esta tendencia, conocida como consumo responsable, se ha acelerado tras la pandemia y representa un punto de inflexión para las marcas locales que buscan mantener su relevancia en un mercado más consciente.
De acuerdo con el Informe Global sobre Sostenibilidad 2025 de NielsenIQ, más del 70% de los consumidores en América Latina afirma que prefiere marcas que demuestren un compromiso real con el medio ambiente y las comunidades donde operan. Este cambio en las prioridades ha impulsado a empresas de sectores como alimentos, moda, belleza y tecnología a rediseñar sus modelos de negocio, apostando por materiales reciclables, procesos más limpios y comunicación más transparente.
En mercados como México, Costa Rica o Colombia, emergen ejemplos de compañías que combinan innovación con propósito. Las marcas locales están incorporando estrategias como el ecoetiquetado, la trazabilidad de origen y el comercio justo, buscando atraer a consumidores informados que exigen coherencia entre lo que la marca comunica y lo que realmente hace. De hecho, según un estudio de Kantar LATAM, las marcas con propósito social o ambiental crecen hasta tres veces más rápido que las que no lo tienen.
Pero el cambio no solo es ambiental. El consumo responsable también incluye criterios sociales y éticos, como el respeto a los derechos laborales, la diversidad y la inclusión. Cada vez más consumidores cuestionan el impacto de sus compras en las comunidades locales, favoreciendo a negocios que generan empleo digno y promueven la producción regional. Este fenómeno está fortaleciendo a emprendedores sostenibles que aprovechan las redes sociales para conectar con audiencias que buscan impacto positivo.
El desafío para las grandes marcas será mantener la autenticidad en sus estrategias. El “greenwashing” (o sostenibilidad de apariencia) ya no pasa desapercibido. Los consumidores digitales investigan, comparan y penalizan la falta de coherencia. En este contexto, la comunicación transparente, la medición de impacto y la certificación de prácticas responsables se convierten en piezas clave para construir confianza.
A futuro, el consumo responsable podría convertirse en el nuevo estándar del mercado. Las empresas que logren equilibrar rentabilidad y responsabilidad tendrán una ventaja competitiva sostenible. América Latina, con su riqueza natural y creatividad empresarial, tiene la oportunidad de liderar esta transformación hacia una economía más ética, circular y humana.
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