Panamá y la región redefinen el bienestar laboral: más salud mental, menos beneficios genéricos
- Manuel Robles Quintero
- 18 jul
- 3 Min. de lectura
El informe Health on Demand 2025 revela una demanda creciente por esquemas de apoyo personalizados en Centroamérica, donde la salud emocional y la flexibilidad laboral ganan terreno como prioridades estructurales.

(M&T)-. En un entorno marcado por la incertidumbre económica, los cambios climáticos extremos y el desgaste emocional acumulado, las prioridades de los trabajadores en Centroamérica están cambiando con rapidez. Así lo advierte el nuevo informe Health on Demand 2025, elaborado por Mercer Marsh Benefits, el brazo especializado de Mercer y Marsh bajo el grupo Marsh McLennan.
El estudio, basado en encuestas a más de 18,000 empleados en 17 mercados globales, revela que en países como Panamá, Costa Rica y República Dominicana, el bienestar integral ha pasado de ser un beneficio deseado a una expectativa estructural. En Centroamérica, un 62% de los empleados reporta estar “extremadamente o muy preocupado” por su salud mental, mientras que un 49% expresa sentirse afectado por la soledad. La percepción de inseguridad personal también se mantiene como un factor relevante.

En este escenario, el rol de las empresas como promotoras de bienestar cobra mayor relevancia, especialmente en sectores donde el acceso al sistema de salud público es limitado o desigual. La brecha entre lo que los trabajadores necesitan y lo que realmente reciben es un desafío que, según los autores del informe, ya no puede posponerse.
“Este informe confirma una realidad urgente en Centroamérica: el bienestar ya no es un tema aspiracional, sino una necesidad estructural dentro de cualquier estrategia de negocio responsable. En Panamá, lo vemos con claridad: mientras más exigente se vuelve el entorno, mayor es la demanda por esquemas de beneficios que realmente acompañen a las personas en su vida cotidiana, no solo en momentos de enfermedad”, afirmó Larisa Ramos, líder de Mercer Marsh Beneficios y Affinity.
El documento revela que, en la región centroamericana, los beneficios más valorados incluyen la cobertura de medicamentos recetados (38%), las visitas médicas de rutina (37%), los exámenes preventivos de cáncer (35%) y el acceso a servicios de salud mental (31%). No obstante, solo un 22% de los encuestados indica que su empleador les ofrece chequeos o apoyo relacionado con salud mental.

A esto se suma un creciente interés por otros tipos de respaldo. Un 40% de los empleados considera fundamental contar con horarios laborales flexibles, y un 36% valora la posibilidad de recibir educación o coaching financiero. El informe señala que el 83% de los empleados que sienten que su empleador se preocupa por su bienestar están satisfechos con sus beneficios, mientras que esa cifra cae al 16% entre quienes no perciben ese respaldo.
La desigualdad en el acceso también se refleja a escala regional. En América Latina, el 85% de los trabajadores que reciben más de 10 beneficios distintos se sienten preparados ante una emergencia, mientras que solo el 21% de quienes tienen acceso limitado a beneficios comparte esa percepción.

El informe también identifica nuevas presiones externas. Un 82% de los empleados latinoamericanos ha sido impactado por eventos climáticos extremos, como olas de calor o inundaciones, y un 40% ha tenido que asumir gastos adicionales a causa de esas situaciones. En este contexto, se vuelve clave que las organizaciones adapten sus políticas para incluir opciones como planes de ahorro para emergencias, asistencia financiera personalizada y acceso remoto a servicios médicos.
Finalmente, la posibilidad de personalizar los beneficios marca una diferencia clara: el 78% de los empleados con esa opción dice que su empleador se preocupa por su bienestar, frente a solo un 30% entre quienes reciben planes estandarizados.
“Como profesionales del sector, estamos rediseñando el bienestar laboral para hacerlo más inclusivo, más flexible y adaptado a los riesgos que enfrentamos actualmente en la región. Lo que antes se pensaba como ‘valor agregado’ hoy es el nuevo estándar”, concluyó Ramos.
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