Liderazgo femenino en ascenso: Una transformación corporativa en la región
- Walter Rivera
- 17 jun
- 2 Min. de lectura
Durante décadas, las mujeres en América Latina han desafiado estereotipos y estructuras patriarcales para ocupar espacios de poder en el ámbito empresarial.

(M&T)-. Hoy, el liderazgo femenino ya no es una excepción, sino una fuerza transformadora que redefine la cultura organizacional, la innovación y la competitividad de las empresas en la región.
En los últimos diez años, el avance del liderazgo femenino en América Latina ha sido significativo, pero desigual. Según datos del BID y de ONU Mujeres, las mujeres ocupan menos del 20% de los cargos ejecutivos en grandes corporaciones, aunque representan más del 50% del talento profesional universitario. Esta brecha no solo refleja desigualdad, sino también una oportunidad perdida de aprovechar el potencial transformador del liderazgo inclusivo.
Las empresas lideradas por mujeres tienden a ser más resilientes, empáticas y adaptables. Estudios globales han demostrado que los equipos directivos diversos tienen mejor desempeño financiero y mayor capacidad de innovación. En el contexto latinoamericano, donde la informalidad, la desigualdad y la volatilidad económica son desafíos estructurales, el liderazgo femenino aporta una mirada más integral, colaborativa y orientada a la sostenibilidad.
Pese a estos avances, las barreras persisten. Las mujeres enfrentan techos de cristal, sesgos inconscientes y responsabilidades de cuidado desproporcionadas. Además, la falta de políticas de conciliación y de mentorías efectivas limita el desarrollo de carrera en sectores tradicionalmente dominados por hombres, como la tecnología, la logística y la energía. Eliminar estas barreras no es solo una demanda feminista, sino una necesidad estratégica.
En este escenario, las políticas corporativas de inclusión y equidad de género juegan un papel decisivo. Empresas que promueven la igualdad salarial, la representación en juntas directivas y la formación en liderazgo femenino están marcando la pauta en la región. El cambio no solo debe partir del talento femenino, sino también del compromiso de los liderazgos masculinos en abrir espacios y redistribuir poder.
A nivel regional, países como Colombia, Chile y Costa Rica han liderado iniciativas de certificación de empresas con enfoque de género y redes de liderazgo femenino. Estas experiencias demuestran que, con voluntad política y visión empresarial, es posible acelerar el cambio cultural. Invertir en el liderazgo de las mujeres es invertir en crecimiento con propósito y futuro compartido.
La evolución del liderazgo femenino en América Latina no es lineal ni homogénea, pero es irreversible. El reto ahora es consolidar una nueva normalidad donde el género no determine la posibilidad de liderar, decidir o transformar. El futuro corporativo será verdaderamente competitivo cuando sea también equitativo.
Speed Stars – where speed and reflexes are everything!