Friendshoring como la nueva ventaja estratégica para América Latina
- Walter Rivera
- hace 2 horas
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A medida que el panorama geopolítico global se vuelve más incierto, las potencias económicas están adoptando nuevas estrategias para asegurar sus cadenas de suministro.

(M&T)–. Una de ellas, cada vez más comentada por organismos como el FMI y la OMC, es el friendshoring: trasladar operaciones a países aliados políticamente o con valores compartidos. Esta tendencia ya empieza a perfilarse como una oportunidad estratégica para América Latina.
A diferencia del offshoring tradicional, donde el factor principal era la reducción de costos sin importar la ubicación, el friendshoring prioriza la estabilidad política, la cercanía diplomática y la afinidad en regulaciones. Esto ha llevado a que Estados Unidos y la Unión Europea busquen diversificar su producción fuera de países considerados de riesgo, como China o Rusia, y comiencen a mirar con nuevos ojos a sus socios del hemisferio occidental.
México es uno de los primeros beneficiados. Gracias al T-MEC, su cercanía geográfica y su relación estable con EE.UU., ha comenzado a atraer nuevas inversiones en sectores como manufactura, semiconductores, tecnología médica y automotriz.
Pero el fenómeno no se limita al norte. Países como Costa Rica, Colombia, República Dominicana y El Salvador también están posicionándose como hubs confiables para proveer bienes y servicios especializados, aprovechando tratados bilaterales y zonas francas.
Este nuevo enfoque representa una gran oportunidad para América Latina, pero también plantea desafíos. Para aprovechar el friendshoring, los países deben invertir en infraestructura logística, mejorar el clima regulatorio y capacitar talento técnico que responda a las nuevas demandas. Asimismo, es clave ofrecer seguridad jurídica, estabilidad macroeconómica y una visión estratégica a largo plazo.
Según un informe del Banco Mundial, las cadenas de suministro globales están entrando en una fase de regionalización acelerada, y América Latina podría ganar entre un 10% y un 15% de las inversiones globales redireccionadas si adapta sus condiciones con rapidez. Esto implica fortalecer alianzas comerciales, participar activamente en foros multilaterales y desarrollar estrategias de atracción de inversión más allá del discurso diplomático.
El friendshoring no es una moda pasajera, sino una reconfiguración estructural del comercio global. En este nuevo tablero, la cercanía geográfica ya no basta; se necesita confianza, eficiencia y visión compartida. Las empresas están buscando socios estables, y América Latina tiene la oportunidad de demostrar que lo es.
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