Bancarización femenina: Productos financieros con enfoque de género
- Walter Rivera
- 15 jul
- 2 Min. de lectura
La inclusión financiera de las mujeres es clave para cerrar brechas económicas y fomentar un crecimiento sostenible. Aunque se han logrado avances, millones de mujeres en América Latina aún enfrentan barreras estructurales para acceder a servicios bancarios formales.

(M&T)-. Solo el 49 % de las mujeres en América Latina y el Caribe tiene una cuenta bancaria, según el Global Findex 2021 del Banco Mundial, en comparación con el 59 % de los hombres. Esta diferencia no solo refleja una brecha de género, sino también una oportunidad desaprovechada para los sistemas financieros y las economías locales.
La falta de acceso a productos financieros limita la capacidad de las mujeres para emprender, ahorrar o responder ante emergencias económicas. Factores como la informalidad laboral, la falta de historial crediticio, los sesgos de género en las políticas crediticias y las normas culturales influyen directamente en esta exclusión.
Ante este panorama, diversas instituciones financieras están desarrollando productos con enfoque de género, que reconocen las realidades y necesidades específicas de las mujeres. Esto incluye desde cuentas de ahorro con beneficios adaptados, hasta líneas de crédito flexibles para emprendedoras, seguros para madres solteras o plataformas de educación financiera con perspectiva inclusiva.
Iniciativas como “Finanzas para Todas” del BID Lab y “Mujeres Adelante” de BancoEstado en Chile, han demostrado que el enfoque de género no solo tiene impacto social, sino también rentabilidad comercial. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, las mujeres presentan tasas de pago más altas y mayor fidelidad financiera a largo plazo.
Además, la digitalización financiera ha sido una aliada para cerrar la brecha, especialmente en zonas rurales o vulnerables. El uso de billeteras móviles y la expansión de fintechs lideradas por mujeres están transformando el acceso a productos bancarios. Según el CAF - Banco de Desarrollo de América Latina, las mujeres que usan servicios digitales tienen un 33 % más de probabilidades de mantener una cuenta activa.
No obstante, el reto persiste en lograr una inclusión financiera plena que no solo sea cuantitativa, sino también cualitativa y sostenida en el tiempo. Ello implica repensar la arquitectura financiera desde una perspectiva de género, incorporando métricas de impacto y estrategias específicas para reducir la desigualdad.
La bancarización femenina no es una política social aislada, sino una estrategia económica integral que fortalece el tejido productivo y genera autonomía financiera para millones de mujeres en la región.
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