¿Qué impulsa la transición energética en LATAM?
- Walter Rivera
- hace 13 minutos
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La transición energética se ha convertido en uno de los motores estructurales del crecimiento económico en América Latina. La necesidad de diversificar matrices, reducir emisiones y atraer inversión extranjera ha impulsado proyectos renovables que están transformando el panorama energético regional.

(M&T)-. Sin embargo, el avance no es uniforme, y los retos regulatorios, financieros y tecnológicos definirán qué tan rápido la región podrá consolidar un futuro más sostenible.
Según el informe Global Electricity Review 2025 de Ember Climate, América Latina es una de las regiones con mayor participación de energías renovables en el mundo, con países como Uruguay, Costa Rica, Chile y Brasil liderando la generación eléctrica basada en fuentes limpias. El organismo destaca que la región posee el potencial para duplicar su capacidad renovable en menos de una década si mantiene el ritmo actual de inversión y modernización.
El interés por tecnologías como la solar fotovoltaica, eólica y geotérmica sigue en aumento. Datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA) indican que la inversión en renovables en la región creció más del 25 por ciento entre 2023 y 2025, impulsada por incentivos fiscales, subastas energéticas y el interés de empresas que buscan reducir su huella de carbono como parte de sus objetivos ESG.
Países como Chile y Brasil destacan por su expansión de parques solares y eólicos a gran escala, mientras que México y Centroamérica avanzan en proyectos de autoconsumo y generación distribuida, permitiendo que hogares y empresas produzcan parte de su propia energía.
Desafíos que frenan la velocidad de transición
No obstante, los retos persisten. Estudios del Banco Mundial señalan que la región enfrenta brechas en infraestructura de transmisión, procesos regulatorios lentos, altos costos de financiamiento y barreras para integrar energías renovables de manera eficiente. La intermitencia de las fuentes solares y eólicas también exige inversiones complementarias en almacenamiento, redes inteligentes y sistemas de gestión de demanda.
La estabilidad jurídica sigue siendo un factor determinante para atraer capitales internacionales. Países con marcos normativos más previsibles han logrado avanzar más rápido, mientras que otros enfrentan incertidumbre que limita la entrada de nuevos proyectos.
A medida que América Latina se acerca a 2026, la transición energética se perfila no solo como un esfuerzo ambiental, sino como una estrategia económica capaz de generar empleo, atraer industrias limpias y mejorar la competitividad regional. Las naciones que logren acelerar inversiones y fortalecer su gobernanza energética estarán mejor posicionadas para aprovechar el potencial de un mercado global en plena transformación.





