La nueva alfabetización: por qué la educación bursátil debe enseñarse en las universidades guatemaltecas
- Editorial
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Durante décadas, la educación superior en Guatemala ha puesto su foco en formar profesionales competentes en áreas técnicas, desde la medicina hasta la ingeniería. Sin embargo, hay una habilidad transversal que sigue ausente en la mayoría de programas académicos: la educación bursátil.

Por: Iván Higueros
CEO Zona Trading
(M&T)-. En un mundo donde el acceso a la información y a plataformas de inversión es cada vez más sencillo, resulta curioso que las universidades no estén preparando a sus estudiantes para comprender cómo funcionan los mercados financieros y principalmente para que los guatemaltecos puedan optar a trabajos de esta índole en banca y el mundo financiero, en general. ¿Cómo podemos aspirar a ser guatemaltecos responsables con sus finanzas si la mayoría de profesionales desconocen conceptos básicos como la diversificación, el riesgo o la eficiencia en las inversiones?
La educación bursátil debe considerarse una nueva forma de inclusión financiera. Así como nadie se cuestiona que una persona debe saber leer y escribir, tampoco debería discutirse que un profesional debe entender cómo se mueve el dinero en los mercados y qué papel juegan las inversiones en el desarrollo económico.
Incorporar esta formación en las universidades tendría un doble impacto. Por un lado, empodera a los jóvenes a tomar mejores decisiones financieras desde temprano. Pero por otro lado, también contribuye a que Guatemala desarrolle una generación de profesionales informados, capaces de dinamizar la economía local y regional, y de invertir si así lo desean.

El argumento de que “invertir es demasiado complejo” pierde validez cuando se cuenta con las herramientas educativas adecuadas. Programas prácticos, simuladores bursátiles y talleres de inversión pueden integrarse fácilmente a las mallas curriculares de diversas carreras, sin necesidad de formar corredores de bolsa profesionales, sino profesionales con criterio y conocimiento.
El rezago en esta materia nos pasa factura: muchos jóvenes inician su vida laboral endeudados, sin comprender cómo planificar su patrimonio. Otros caen en la trampa de inversiones poco confiables por desconocimiento. Otros creen que a través de un teléfono móvil, podrán hacerse ricos de forma fácil presionando botones. Una universidad que se preocupe por la educación bursátil está formando profesionales más resilientes, con mayor capacidad de enfrentar un entorno económico cambiante.
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La alfabetización bursátil no es un lujo académico; es una necesidad social. Apostar por ella desde las universidades es dar a los jóvenes guatemaltecos una ventaja competitiva para construir no solo carreras sólidas, sino vidas financieras más seguras. En última instancia, un país con ciudadanos educados en inversión es un país con mayores posibilidades de desarrollo sostenible.