La fórmula: Competir con ingenio, no con dinero
- Editorial
- hace 7 horas
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En América Latina, muchas empresas sienten que compiten con las manos atadas: poco dinero para invertir, infraestructura que no siempre ayuda y clientes que necesitan precios justos.


Por: Wady Johel Cerdas Tenorio
PhD. Ciencias Empresariales, IMBA-MBA, Ingeniero Industrial.
Licenciado en Derecho, Profesor Universitario. Conferencista Internacional.
Asesor, Consultor y Director Asociado y Conductor de Tips Empresariales (La Potente Radio TV).
(M&T)-. Pero ¿y si esas limitaciones no fueran un problema, sino la clave para innovar y crecer? La Innovación Frugal es justamente eso: una manera inteligente de crear productos y servicios valiosos usando ingenio en lugar de grandes presupuestos. No se trata de hacer cosas baratas, sino de hacer cosas mejores y más accesibles para nuestra gente.
Menos es más: Enfocarse en lo que de verdad importa
A veces, en el afán de parecer modernos, llenamos nuestros productos de funciones que nadie usa. La innovación frugal nos invita a escuchar de verdad al cliente. Preguntémonos: ¿qué problema necesita resolver mi cliente todos los días? ¿Cuál es la manera más simple y confiable de ayudarle?
Por ejemplo, una panadería puede invertir en una máquina complicada que haga diez tipos de pan, o puede perfeccionar su receta de pan francés —el que todo el mundo compra— y usar ese mismo conocimiento para hacer dos o tres variedades más, con la misma calidad. Se trata de hacer muy bien lo esencial, lo que la gente realmente valora y está dispuesta a pagar.
Ser ingeniosos con lo que tenemos: Reinventar nuestra manera de trabajar
No siempre necesitamos comprar lo más caro o seguir los procesos de las grandes multinacionales. La innovación frugal busca creatividad en cada paso:
En la producción: ¿Podemos usar materiales locales o reciclados sin perder calidad?
En la distribución: ¿Podemos vender directamente en ferias, por redes sociales o aliarnos con otras pequeñas empresas para repartir costos de envío?
En el servicio: ¿Podemos formar a nuestros clientes para que usen mejor nuestro producto, creando así una comunidad leal?
Es como armar un rompecabezas con las piezas que ya tenemos, en lugar de esperar a tener todas las piezas nuevas. Esta agilidad es una ventaja enorme frente a empresas grandes y lentas.
Construir relaciones, no solo vender productos
El éxito más grande de una empresa frugal no es un producto, sino la confianza que genera. Cuando ayudas a un cliente a resolver un problema de manera simple y económica, ganas un aliado para siempre. Y ese aliado te va a recomendar, te va a dar ideas y estará abierto a probar lo siguiente que ofrezcas.
Piensa en una tienda de barrio que, además de vender herramientas, enseña talleres básicos de reparación en casa. Deja de ser solo un punto de venta y se convierte en un centro de soluciones. Ese es el camino: pasar de vender una sola cosa a ofrecer una respuesta completa y accesible a una necesidad de tu comunidad.
Nuestras limitaciones son nuestra fuerza
La verdadera fortaleza de las empresas latinoamericanas no está en copiar lo que se hace en países ricos, sino en entender profundamente las realidades de nuestra región y responder con ingenio, corazón y eficiencia.
La Innovación Frugal no es una teoría complicada. Es poner nombre a algo que muchos emprendedores ya hacen instintivamente: crear valor con lo que hay, para los que están aquí. Es el camino para construir empresas no solo competitivas, sino también resilientes, cercanas a su gente y preparadas para durar.





