La fricción estratégica se convierte en el nuevo diferenciador del sector financiero
- Walter Rivera
- hace 5 horas
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La rapidez ya no es suficiente. En un ecosistema financiero donde los pagos instantáneos, la inteligencia artificial y la personalización en milisegundos marcan el nuevo estándar, los bancos latinoamericanos enfrentan el reto de equilibrar agilidad y seguridad sin comprometer la experiencia del usuario.

(M&T)-. Esta transformación impulsa un cambio estratégico: pasar de eliminar toda barrera en las interacciones a aplicar una fricción inteligente que refuerce la confianza del cliente en el momento preciso.
De acuerdo con Latinia, empresa del sector tecnológico especializada en comunicaciones en tiempo real para instituciones financieras, 2026 será el punto de inflexión en la transición desde el concepto frictionless, enfocado en eliminar todo obstáculo, hacia el modelo smart friction, donde una notificación oportuna actúa como un microcontrol de seguridad.
Según explicó Oriol Ros, cofundador de Latinia, este enfoque funciona como “una pausa inteligente que protege al usuario sin entorpecer su experiencia”, integrando el tiempo real con alertas que anticipan riesgos y fortalecen la confianza bancaria.

Este cambio redefine la relación entre usuarios y entidades financieras.
En lugar de percibir la fricción como un inconveniente, pasa a verse como un recurso estratégico para validar operaciones sensibles, prevenir fraudes y reforzar la percepción de acompañamiento.
En palabras de Ros, una simple notificación en el instante correcto puede convertirse en un gesto de confianza, especialmente cuando alerta sobre movimientos inusuales justo antes de confirmar un pago.
En este escenario emergen cinco elementos que marcarán la evolución del sector: la IA predictiva capaz de contextualizar necesidades del cliente, la inmediatez como estándar operativo, la relevancia contextual para superar la saturación de información, la colaboración renovada entre bancos y fintech, y la necesidad de construir cada interacción sobre una base sólida de seguridad y conocimiento del usuario.
La inteligencia artificial se posiciona como el motor de esta transformación. Su capacidad para analizar grandes volúmenes de transacciones en tiempo real permite anticipar comportamientos, identificar riesgos y ofrecer mensajes o productos altamente personalizados. Esto dará paso a una banca más proactiva, eficiente y centrada en decisiones inteligentes, elevando la transparencia y optimizando recursos en cada interacción.
Por otra parte, la inmediatez redefine las expectativas del cliente. Los pagos en tiempo real (que avanzan progresivamente en Latinoamérica) requieren una sincronización precisa entre velocidad y protección. Latinia destaca que este balance será clave para enfrentar nuevas modalidades de fraude, entendiendo que la banca es, en esencia, un almacén de confianza, y que esa confianza se preserva con decisiones oportunas.
El ecosistema también se fortalecerá mediante alianzas entre bancos y fintech, donde cada actor aporta capacidades complementarias: infraestructura robusta por un lado y agilidad tecnológica por el otro. Esta colaboración permitirá mejorar la accesibilidad a los servicios financieros y ampliar la oferta de soluciones personalizadas en toda la región.
La visión hacia 2026 pone de relieve un concepto central: la tecnología solo genera valor cuando construye confianza. Con herramientas como RealTime Decisions Engine, Latinia afirma que las instituciones financieras pueden obtener un retorno de inversión del 162% en cinco años, recuperando su inversión en menos de seis meses, según el estudio Forrester Total Economic Impact™. Más allá de la cifra, la oportunidad radica en transformar cada interacción digital en una experiencia segura, relevante y emocionalmente inteligente.
La banca latinoamericana avanza así hacia un futuro donde la personalización, la IA y la fricción estratégica serán tan importantes como la rapidez misma. Un futuro donde la seguridad no se opondrá a la agilidad, sino que coexistirá con ella para ofrecer experiencias bancarias más confiables, humanas y alineadas con las necesidades del cliente.





