¿Está perdiendo fuerza el dólar? América Latina busca mayor autonomía financiera
- Walter Rivera
- 3 ago
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En un contexto internacional donde el orden económico multipolar comienza a consolidarse, varios países están explorando alternativas al uso tradicional del dólar estadounidense como moneda dominante en el comercio global.

(M&T)–. Este fenómeno, conocido como desdolarización, está ganando fuerza en bloques estratégicos como los BRICS y ha comenzado a tener eco en América Latina. La pregunta clave es: ¿cómo puede esto afectar a nuestras economías en términos de comercio, inversión y estabilidad?
Brasil y Argentina, por ejemplo, han impulsado conversaciones para comerciar en monedas locales, mientras que Venezuela y Bolivia han planteado el uso de yuanes o rublos en ciertos acuerdos. Estas decisiones no implican una sustitución completa del dólar, pero marcan una tendencia clara hacia una diversificación monetaria, impulsada por factores como las sanciones internacionales, la inflación global y el deseo de una mayor autonomía financiera.
En este escenario, América Latina enfrenta un doble desafío. Por un lado, la región sigue altamente dolarizada, no solo en comercio exterior, sino también en sistemas bancarios y reservas internacionales. Por otro lado, la dependencia del dólar expone a los países a choques externos cada vez que la Reserva Federal modifica sus tasas de interés o cuando hay tensiones geopolíticas entre EE. UU. y otras potencias. Esta volatilidad afecta directamente a la inversión extranjera, el valor de las monedas locales y la capacidad de endeudamiento de los gobiernos.
Sin embargo, también hay oportunidades. Expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de CEPAL coinciden en que una mayor diversificación en monedas de intercambio podría reducir el riesgo sistémico, siempre que se acompañe de estabilidad macroeconómica, reglas claras para inversionistas y sistemas financieros robustos. La clave no está en reemplazar el dólar, sino en crear ecosistemas financieros más resilientes, donde los acuerdos bilaterales y regionales tengan un papel protagónico.
A medida que América Latina redefine sus alianzas económicas —especialmente con Asia y Medio Oriente—, el debate sobre la desdolarización se volverá cada vez más relevante. El futuro de la región no está en abandonar una moneda, sino en ampliar sus capacidades para operar en múltiples escenarios sin quedar atrapada en dinámicas externas. Y eso, más que una amenaza, podría ser una ventaja competitiva si se gestiona con visión estratégica.
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