¿Es suficiente el doble factor de autenticación? Esto dice la nueva tecnología

Los sistemas de seguridad digital no pueden quedarse quietos. En un entorno donde las amenazas evolucionan más rápido que las soluciones, las estrategias convencionales como la autenticación en dos factores (2FA) están comenzando a quedar atrás.

(M&T)-. Lo que durante años fue visto como el estándar más robusto de protección, hoy es blanco de técnicas cada vez más sofisticadas: desde ataques de phishing hasta identidades sintéticas creadas con inteligencia artificial.

Frente a esta nueva realidad, empresas como Nubatech han comenzado a apostar por una tecnología emergente que elimina la separación entre pasos de verificación. Se trata de un sistema que fusiona el acceso, la verificación biométrica, la detección de vida y el monitoreo continuo en una sola acción, sin pausas ni interrupciones. Esta integración no solo refuerza la seguridad, sino que mejora significativamente la experiencia del usuario.

Cristián Ojeda, gerente general de Nubatech, explica que el gran problema de la 2FA tradicional es el tiempo entre pasos, ya que allí es donde los atacantes logran intervenir. “Ese intervalo es el talón de Aquiles del modelo actual”, advierte. Por eso, esta nueva solución no solo valida quién accede, sino que confirma que la persona esté realmente presente durante toda la operación.

Gracias a la cámara del dispositivo y un monitoreo en tiempo real, el sistema garantiza que las acciones sean realizadas por el usuario legítimo. Esto incluye desde validar un rostro vivo hasta verificar que se haya ingresado correctamente un monto en una transferencia, lo que reduce el margen de error o de manipulación por terceros, incluyendo amenazas como malware o troyanos.

Otra ventaja relevante es que los datos biométricos no se almacenan de forma centralizada. En su lugar, se fragmentan y protegen en múltiples niveles, evitando que un hackeo exponga por completo la identidad del usuario. Todo el proceso queda sellado en un único flujo de validación, que certifica tanto la identidad como cada una de las acciones.

Además de mejorar la seguridad, esta innovación reduce significativamente la fricción para el usuario. Ya no es necesario ingresar contraseñas ni códigos enviados por otros dispositivos. Con una sola validación, la persona puede acceder y operar de forma segura, rápida y continua.

Según Ojeda, esta tecnología está destinada a cambiar las reglas del juego. “Pronto, lo que hoy es un estándar quedará obsoleto frente a las nuevas exigencias digitales. La combinación de biometría avanzada, monitoreo continuo y sellado automático de datos marcará el nuevo camino para minimizar fraudes y garantizar transacciones más seguras”, concluye.