El nuevo ADN del emprendimiento: “Tecnología con alma”
- Editorial
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Cómo una nueva generación de líderes combina propósito, tecnología y cultura para construir marcas con identidad y comunidades leales.


Por: Ronald Meneses
CEO - RM Your Marketing Partners | Orlando, FL
(M&T)-. La escena emprendedora costarricense se ha convertido en un laboratorio vivo donde la tecnología, la cultura y la comunidad se entrelazan para crear una nueva ventaja competitiva.
Los líderes locales entendieron algo esencial: hoy las personas no compran solo productos o servicios, buscan conexión, identidad y propósito. En esa combinación de propósito y tecnología, Costa Rica está encontrando su sello distintivo en el mapa regional.
Las cifras lo confirman: cerca del 50% de las pymes del país ya utilizan alguna herramienta de inteligencia artificial, desde chatbots en WhatsApp hasta automatización de marketing y análisis predictivo. Gracias a ello, muchas han reducido sus costos operativos hasta en un 30%, optimizando procesos y aumentado su competitividad. Este impulso digital ha posicionado al país como uno de los líderes regionales en la transformación tecnológica de pequeñas empresas.
Sin embargo, el camino no está exento de retos. Aún persisten escasez de talento especializado, la necesidad de adaptar herramientas a la lengua y cultura local, y la urgencia de fortalecer marcos regulatorios. Pero lejos de frenar el avance, estos desafíos están inspirando nuevas oportunidades para la educación, la innovación y la colaboración público-privada.
Para el emprendedor costarricense, la IA no es solo una herramienta: es un acelerador. Permite lanzar productos mínimos viables (MVP) con rapidez, optimizar operaciones y ofrecer experiencias personalizadas a escala. Un ejemplo claro: una startup puede crear campañas en TikTok o Reels generadas con IA, gestionar consultas a través de chatbots y automatizar su e-commerce en cuestión de semanas. En mercados regionales como Panamá o República Dominicana, donde la velocidad marca la diferencia, esta agilidad se traduce en ventaja real.
Pero la tecnología es solo la mitad de la ecuación. La otra mitad (y quizás la más decisiva) es la comunidad. Los nuevos fundadores entienden que construir una marca sin comunidad es como tener un producto sin historia. Por eso, están creando “tribus” en torno a su propósito, con lenguajes compartidos, beneficios exclusivos y espacios digitales que fortalecen la confianza. La identidad, en este nuevo contexto, se convierte en un activo estratégico. Porque en el mundo digital, la confianza es la nueva moneda.
En cuanto a los hábitos digitales, los emprendedores están redefiniendo su estrategia multicanal: usan WhatsApp para atención directa y ventas, TikTok e Instagram Reels para conectar emocionalmente, YouTube para educar y posicionarse, y LinkedIn para atraer talento e inversión. No venden, inspiran. No buscan alcance, construyen relevancia.
En este entorno, la ventaja competitiva ya no depende solo de la infraestructura o del capital, sino de la narrativa y la conexión humana detrás de cada marca. La tecnología amplifica los valores que realmente diferencian: autenticidad, propósito y colaboración. Costa Rica demuestra que incluso las economías más pequeñas pueden liderar si apuestan por su identidad y su talento.
Esa sinergia entre inteligencia artificial, juventud e identidad cultural está generando nuevos empleos, atrayendo capitales regionales y exportando creatividad. El país avanza hacia una diversificación económica sólida, reduciendo su dependencia del turismo o la manufactura tradicional y consolidándose como un hub de innovación sostenible y de alto valor agregado.
La nueva generación de emprendedores no busca solo facturar más: busca transformar su entorno. Están creando marcas con alma local y visión global, integrando tecnología y narrativa para inspirar confianza, orgullo y sentido de pertenencia. A la par, las universidades ya rediseñan sus programas para formar talento en IA y nuevas tecnologías, ampliando la inclusión y fortaleciendo el tejido social.
El emprendimiento impulsado por inteligencia artificial y comunidad no solo está redefiniendo los negocios: está transformando la manera de vivir, trabajar y pertenecer. Costa Rica se posiciona así como el epicentro de una economía de la conexión, donde la riqueza se mide no solo en capital, sino en impacto, talento y propósito compartido.





