Crisis en el Canal de Panamá: El impacto en las cadenas de suministro de América Latina
- M&T
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Una combinación de sequías prolongadas, reducción del nivel del agua y congestión operativa está provocando una de las peores crisis logísticas en la historia reciente del Canal de Panamá.

(M&T)–. Esta situación ya comienza a generar consecuencias tangibles para las cadenas de suministro globales y plantea un desafío particular para los países de América Latina, que dependen en gran medida de esta vía para el comercio internacional.
El Canal de Panamá es responsable de más del 5 % del comercio marítimo mundial y conecta más de 140 rutas comerciales. Sin embargo, en los últimos meses, la reducción del calado permitido en los barcos y el límite en el número de tránsitos diarios han ralentizado drásticamente la circulación. Esta situación ha obligado a muchas navieras a redirigir sus rutas o aplicar recargos por demoras, lo que ya se traduce en aumentos de precios y retrasos en las entregas.
Empresas de sectores como alimentos, electrónica, materias primas y construcción comienzan a reportar afectaciones logísticas y costos inesperados, especialmente aquellas que importan desde Asia o exportan hacia Norteamérica. Según la Cámara Marítima de Panamá, más de 160 barcos han esperado por días en las afueras del canal, y algunas compañías han optado por rutas más largas a través del Canal de Suez o Sudamérica, elevando sus gastos operativos.
Para América Latina, la situación representa una señal de alerta. Muchos países del istmo y el Cono Sur dependen del canal no solo para mover mercancías, sino también para mantener competitivos sus costos logísticos. En este contexto, las empresas deberán reevaluar sus cadenas de suministro, apostar por proveedores regionales y considerar planes de contingencia más flexibles.
El gobierno panameño, por su parte, ha anunciado planes de inversión en infraestructura hídrica y propuestas para diversificar las fuentes de agua que alimentan el canal. Sin embargo, los resultados no serán inmediatos, y la vulnerabilidad climática seguirá siendo una amenaza constante para su operatividad.
En un momento en que la resiliencia logística se vuelve tan estratégica como la innovación, la crisis del Canal de Panamá reabre la conversación sobre diversificación de rutas, almacenamiento regional, nearshoring y digitalización de la cadena de valor.