Conozca cómo las finanzas integradas están cambiando la experiencia digital
- Walter Rivera
- hace 3 horas
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La manera en que las personas pagan por productos y servicios está cambiando a gran velocidad. Cada vez son más comunes las experiencias en las que el usuario no percibe que está realizando un pago, ya sea por la automatización del proceso o porque ocurre dentro de una aplicación no bancaria.

(M&T)–. Este fenómeno, conocido como embedded finance o finanzas integradas, está redefiniendo el rol de los servicios financieros en América Latina y más allá.
A través del embedded finance, empresas de sectores como el comercio electrónico, transporte, retail o educación integran servicios financieros directamente en su experiencia de usuario, sin necesidad de derivar al cliente a otra plataforma. Esto incluye pagos digitales, acceso a créditos, seguros o incluso cuentas de ahorro ofrecidas desde una app que no pertenece a un banco.
Casos como Mercado Pago, RappiPay o Kavak Capital ilustran cómo este modelo está ganando terreno. Por ejemplo, al comprar en Mercado Libre, el usuario puede pagar, financiar, asegurar su producto y hasta invertir, sin abandonar el ecosistema digital de la plataforma. Esta integración no solo reduce fricciones, sino que amplía el acceso a productos financieros para públicos que usualmente no interactúan con bancos.
Según el reporte "Embedded Finance Surge" de Lightyear Capital, se espera que el mercado global de embedded finance crezca de US$22.5 mil millones en 2020 a más de US$230 mil millones en 2025, una proyección que también refleja el interés creciente en América Latina, donde la inclusión financiera sigue siendo una deuda pendiente en muchos países.
Además del beneficio para el usuario final, las empresas no financieras pueden aumentar sus ingresos, fidelizar a los clientes y aprovechar los datos transaccionales para crear ofertas más personalizadas. Desde el lado financiero, bancos y fintech se benefician al asociarse con estas plataformas para ampliar su alcance sin necesidad de abrir nuevas sucursales ni invertir en grandes estructuras operativas.
El desafío, una vez más, está en la regulación. Las autoridades financieras de la región aún discuten cómo supervisar estas nuevas formas de intermediación sin frenar la innovación. La clave estará en diseñar marcos regulatorios flexibles pero seguros, que fomenten alianzas entre bancos, fintechs y empresas de sectores no financieros, en beneficio de una economía más integrada y digital.