Turismo y divisas: El Caribe acelera su apuesta económica para 2025
- Walter Rivera
- hace 5 días
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El Caribe se prepara para uno de los ciclos turísticos más dinámicos de la última década. Con economías altamente dependientes del flujo de visitantes internacionales, la región apuesta por un modelo de crecimiento basado en turismo sostenible, nuevas inversiones y diversificación de mercados emisores.

(M&T)-. En un contexto global donde la demanda de experiencias únicas sigue en aumento, los países caribeños buscan reforzar su papel como destinos capaces de generar divisas y atraer capital extranjero.
De acuerdo con proyecciones del Banco Mundial y la Organización Mundial del Turismo (OMT), el Caribe podría experimentar un crecimiento turístico superior al 8% en 2025, impulsado por la recuperación del turismo estadounidense, el aumento de vuelos regionales y la expansión del segmento de lujo. Este crecimiento no solo sostiene los ingresos públicos, sino que también dinamiza sectores complementarios como transporte, construcción, gastronomía y servicios creativos.
Países como República Dominicana, Jamaica, Barbados y Bahamas lideran la captación de divisas en la región, consolidando modelos mixtos que combinan grandes inversiones hoteleras con estrategias de turismo comunitario. República Dominicana, por ejemplo, mantiene uno de los ritmos de crecimiento más sólidos de toda América, mientras que destinos como Barbados y Santa Lucía apuestan por turismo de alto valor, basado en experiencias culturales, bienestar y sostenibilidad ambiental.
El impulso del turismo en 2025 también se explica por la llegada de nuevos actores internacionales. Inversionistas europeos y asiáticos han identificado oportunidades en proyectos hoteleros, puertos para cruceros y soluciones de infraestructura resiliente. A esto se suman iniciativas orientadas a digitalizar la experiencia turística, desde sistemas de pago sin efectivo hasta plataformas que integran alojamiento, movilidad y actividades locales en un solo ecosistema.
A pesar de la recuperación, el Caribe enfrenta desafíos estructurales. La región mantiene una alta vulnerabilidad climática, dependiendo de temporadas con huracanes cada vez más intensos.
Esto exige inversiones en infraestructura resistente, programas de seguro accesibles y estrategias de turismo verde que reduzcan la huella ambiental. Asimismo, la dependencia casi exclusiva del turismo obliga a diversificar fuentes de ingresos para evitar shocks económicos durante periodos de crisis.
En este escenario, la apuesta del Caribe para 2025 es clara: fortalecer el turismo no solo como motor económico, sino como un ecosistema competitivo, sostenible y tecnológicamente avanzado. Con una demanda internacional que prioriza el bienestar, la autenticidad y las experiencias personalizadas, la región tiene una oportunidad única para capitalizar su valor cultural y natural, transformando cada visita en divisas, empleo y desarrollo a largo plazo.





