¿Por qué los fondos globales apuestan por startups verdes en la región?
- Walter Rivera
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En América Latina, la sostenibilidad dejó de ser únicamente un compromiso ambiental para convertirse en un motor de innovación empresarial. Cada vez más startups verdes surgen en la región con modelos que integran la rentabilidad económica con la protección del medioambiente.

(M&T)-. Estos emprendimientos no solo buscan resolver problemas críticos como la gestión de residuos, la eficiencia energética o la movilidad limpia, sino que también están captando la atención de fondos de inversión internacionales interesados en proyectos con impacto real.
Un informe de la Asociación Latinoamericana de Capital de Riesgo y Capital Privado (LAVCA) señala que en 2023 las inversiones en startups de impacto ambiental crecieron un 21% respecto al año anterior, consolidando al sector como uno de los más atractivos dentro del ecosistema emprendedor. Países como México, Brasil, Chile y Colombia encabezan la lista, con soluciones que van desde el reciclaje inteligente hasta la energía solar comunitaria. Este crecimiento refleja no solo un interés económico, sino también una mayor presión de consumidores y gobiernos hacia prácticas empresariales responsables.
Uno de los factores que explican este auge es la capacidad de las startups verdes para alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), lo que las convierte en candidatas ideales para acceder a fondos internacionales. Instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Financiera Internacional (IFC) han destinado recursos para impulsar la innovación sostenible en la región, apoyando desde proyectos de agricultura regenerativa hasta iniciativas de movilidad eléctrica compartida.
Además del financiamiento, el talento emprendedor joven ha jugado un papel crucial.
Muchos de los fundadores de estas empresas provienen de áreas como la ingeniería ambiental, la biotecnología o la economía circular, lo que aporta una visión multidisciplinaria y enfocada en soluciones escalables. Startups como Solfium en México (energía solar distribuida) o Algramo en Chile (modelos de consumo sin envases plásticos) son ejemplos de cómo la creatividad latinoamericana está siendo reconocida a nivel global.
Sin embargo, los desafíos siguen presentes. La falta de regulaciones claras, la burocracia en trámites y la limitada infraestructura en algunas ciudades ralentizan la expansión de estos modelos.
A pesar de ello, la tendencia es clara: los inversionistas buscan oportunidades en proyectos con impacto social y ambiental positivo, y América Latina ofrece un terreno fértil para ello. Según PwC, más del 70% de los consumidores en la región prefieren marcas con prácticas sostenibles, lo que fortalece la demanda de soluciones verdes.
El auge de las startups sostenibles en Latinoamérica representa más que una moda pasajera. Es la consolidación de un ecosistema que conecta innovación, responsabilidad social y nuevas oportunidades de negocio. Si la región logra superar los obstáculos regulatorios y de infraestructura, estas empresas podrían convertirse en protagonistas del desarrollo económico y ambiental en los próximos años.