Los ciberataques explotan sesgos cognitivos para vulnerar empresas
- Walter Rivera
- hace 5 horas
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Los ciberataques están evolucionando más rápido que las defensas tradicionales. Aunque la tecnología juega un papel clave en la ciberseguridad, el factor humano sigue siendo el eslabón más vulnerable dentro de cualquier organización.

(M&T)-. La ingeniería social avanzada se ha convertido en una de las tácticas más peligrosas, ya que manipula emociones, patrones cognitivos y comportamientos para obtener acceso a datos, sistemas o recursos críticos.
De acuerdo con el IBM X-Force Threat Intelligence Index, más del 70 por ciento de las brechas de seguridad en 2025 tuvo un componente humano vinculado a técnicas de ingeniería social. Estos ataques se han vuelto más sofisticados gracias a herramientas de inteligencia artificial capaces de imitar voces, redactar mensajes personalizados y analizar hábitos digitales de usuarios específicos.
La ingeniería social ha dejado de centrarse únicamente en correos fraudulentos. Los nuevos ataques utilizan mensajes contextuales, deepfakes, llamadas automatizadas, interacciones en redes sociales e incluso simulaciones de proveedores internos. Plataformas como Proofpoint han reportado un aumento en campañas que utilizan información pública para generar confianza y presionar a la víctima a actuar rápidamente.
Estos ataques se adaptan al perfil del usuario: empleados administrativos reciben solicitudes urgentes, líderes financieros reciben órdenes falsas de transferencia y ejecutivos son contactados por supuestos socios estratégicos. La IA permite personalizar estos intentos en escala, aumentando su efectividad.
Estudios del National Cyber Security Centre (NCSC) del Reino Unido demuestran que los atacantes explotan sesgos cognitivos como la urgencia, autoridad, reciprocidad y miedo al error. Estos elementos reducen la capacidad racional del usuario y aumentan la probabilidad de que realice acciones sin validar la fuente. La seguridad, por tanto, no depende solo de firewalls o sistemas automatizados, sino de fortalecer la capacidad crítica de los colaboradores.
La respuesta corporativa implica una combinación de tecnología y cultura organizacional. Herramientas basadas en IA pueden identificar patrones atípicos, bloquear enlaces maliciosos y verificar identidades. Sin embargo, organismos como el World Economic Forum insisten en que la capacitación continua, simulaciones periódicas y políticas claras de verificación siguen siendo los elementos más efectivos para reducir riesgos.
A medida que los ataques evolucionan, las organizaciones deberán priorizar estrategias donde la conciencia humana sea tan importante como las soluciones tecnológicas. La ingeniería social avanza, pero también lo hacen las capacidades para prevenirla y detectarla.





