La nueva era de los RAEE: Cómo la innovación está generando basura difícil de reciclar
- M&T
- hace 6 horas
- 2 Min. de lectura
Lo que antes se consideraba innovación tecnológica hoy comienza a convertirse en una nueva fuente de contaminación.

(M&T)-. Drones, vapeadores, juguetes inteligentes y paneles solares forman parte de la creciente lista de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) que se acumulan en los sistemas de gestión de desechos. Según un reciente informe de EFE, estos productos emergentes plantean desafíos inéditos para el reciclaje y la sostenibilidad.
Los RAEE ya no se limitan a los teléfonos móviles o electrodomésticos tradicionales. La inclusión de baterías de litio, sensores y microchips en objetos cotidianos ha generado una nueva generación de residuos difíciles de tratar. Los vapeadores, por ejemplo, combinan componentes metálicos y químicos altamente contaminantes, mientras que los drones y dispositivos inteligentes requieren procesos de desmontaje más complejos y costosos.
Uno de los casos más significativos es el de los paneles solares, que tras entre 25 y 30 años de uso comienzan a llegar al final de su vida útil. Aunque su desecho permite recuperar materiales valiosos como vidrio, silicio y aluminio, el volumen creciente de estos equipos amenaza con sobrecargar las plantas de reciclaje si no se implementan políticas preventivas de reutilización y gestión responsable.
Según datos de Recyclia, una de las principales entidades encargadas del reciclaje de RAEE en España, en 2023 se gestionaron más de 78 500 toneladas de residuos y pilas, un incremento del 22 % respecto al año anterior. Esta cifra evidencia tanto la capacidad de respuesta del sistema como el ritmo acelerado con el que los residuos tecnológicos aumentan en volumen y diversidad.
No obstante, el informe advierte que cerca del 30 % de los residuos electrónicos aún termina en vertederos no autorizados, muchos de ellos en países africanos, donde la falta de controles ambientales multiplica los daños a la salud y al entorno.
Esto refleja un problema global de trazabilidad y responsabilidad compartida, en el que la educación del consumidor y la supervisión de las empresas son esenciales.
Los expertos señalan que el futuro del reciclaje de RAEE dependerá de tres factores: actualización normativa, inversión en infraestructura y mayor conciencia ciudadana. Adaptar las plantas a los nuevos materiales, fortalecer los mecanismos de recuperación de componentes y promover un consumo más circular serán pasos decisivos para contener una crisis ambiental que avanza en silencio.
La tecnología, concluye el informe de EFE, continúa transformando la vida moderna, pero también redefine los retos ambientales del siglo XXI. Y, en este caso, el progreso podría volverse un problema si no se acompaña de una gestión responsable de sus desechos.