La economía de suscripción gana fuerza en los hábitos de consumo
- Walter Rivera
- hace 19 horas
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El modelo de suscripción ha dejado de ser exclusivo de la industria del entretenimiento para expandirse a sectores tan diversos como la alimentación, la movilidad y la moda.

(M&T)-. En América Latina, esta tendencia crece de la mano de los cambios en los hábitos de consumo y del avance del comercio electrónico. Cada vez más personas buscan comodidad, acceso flexible y experiencias personalizadas, en lugar de comprometerse con compras tradicionales o contratos de largo plazo.
Según un informe de McKinsey & Company, el mercado global de suscripciones digitales y físicas creció a tasas de dos dígitos durante la última década, y se proyecta que seguirá en ascenso con una fuerte presencia en mercados emergentes como Latinoamérica. Este modelo ofrece beneficios claros para las empresas: ingresos recurrentes, fidelización de clientes y mayor capacidad de recopilar datos sobre patrones de consumo.
En la región ya hay ejemplos visibles. Empresas automotrices en México, Brasil y Chile han lanzado programas de suscripción que permiten a los usuarios acceder a un vehículo con una tarifa mensual que incluye seguro, mantenimiento y asistencia. Este esquema es visto como una alternativa atractiva frente al leasing tradicional, especialmente para consumidores jóvenes que valoran la flexibilidad sobre la propiedad.
El sector de los supermercados y la alimentación también ha adoptado la modalidad. Plataformas en Argentina y Colombia ofrecen suscripciones para recibir canastas de productos básicos o alimentos frescos en casa de manera periódica. Según la consultora Kantar, el 52 % de los consumidores latinoamericanos prioriza la conveniencia en sus compras, lo que explica el crecimiento de servicios que aseguran abastecimiento constante sin necesidad de visitar la tienda física.
Incluso la moda y el retail están apostando por este modelo. Marcas en Brasil y Perú han lanzado servicios de “armarios rotativos”, donde los clientes pagan una suscripción para acceder a prendas por un tiempo limitado y luego devolverlas o renovarlas. Esta modalidad se conecta con las tendencias de consumo sostenible, al reducir la compra masiva de ropa y ofrecer experiencias más dinámicas.
El reto principal está en la rentabilidad y la logística. A diferencia de servicios digitales como Netflix o Spotify, los modelos físicos deben enfrentar costos asociados a transporte, devoluciones, almacenamiento y mantenimiento. Sin embargo, la oportunidad es clara: quienes logren optimizar la experiencia podrán posicionarse en un mercado que, según PwC, moverá más de US$1.5 billones a nivel global hacia 2025, con la región latinoamericana como uno de los polos de mayor crecimiento.
En este contexto, los modelos de suscripción se consolidan como una estrategia clave para empresas que buscan adaptarse a una generación de consumidores que ya no mide el valor en términos de propiedad, sino en acceso, conveniencia y personalización.