El Mercosur impulsa su agenda de libre comercio
- Walter Rivera

- 11 jul
- 2 Min. de lectura
El Mercosur acelera su estrategia de apertura comercial con una renovada agenda de negociaciones y acuerdos preferenciales que buscan diversificar mercados, reducir aranceles y fomentar la competitividad regional. La mirada está puesta en Asia, Medio Oriente y la Unión Europea.

(M&T)–. En medio de un contexto global de tensiones geopolíticas y reorganización de las cadenas de suministro, el Mercosur ha reactivado su agenda de acuerdos comerciales con un enfoque más pragmático y multilateral. Las economías miembro (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) buscan reducir su histórica dependencia de mercados tradicionales y abrir nuevas oportunidades en sectores estratégicos como agroindustria, manufactura y servicios digitales.
Uno de los hitos más recientes ha sido la firma del Acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y Singapur en 2023, considerado un paso clave hacia la proyección del bloque en Asia. Este tratado incluye capítulos avanzados en propiedad intelectual, facilitación del comercio y desarrollo sostenible. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, “este acuerdo sirve como puerta de entrada al sudeste asiático y marca el camino hacia futuras alianzas con economías de alto dinamismo”.
Además, las conversaciones con la Unión Europea, aunque aún no concluidas, han tomado un nuevo impulso, con el objetivo de superar las diferencias relacionadas con cláusulas ambientales. La presidencia pro tempore de Paraguay durante el segundo semestre de 2024 ha reiterado que cerrar el acuerdo UE-Mercosur es una prioridad estratégica para la región.
En paralelo, Uruguay ha intensificado su propia agenda bilateral, explorando tratados con China y Turquía. Si bien estas acciones han generado tensiones internas dentro del bloque, también han puesto presión para modernizar la normativa del Mercosur, permitiendo mayor flexibilidad en las negociaciones individuales sin comprometer la unión aduanera.
Por otro lado, la reducción progresiva del Arancel Externo Común (AEC) ha sido otro avance clave. En 2022, se recortó un 10% y recientemente Brasil propuso llevarlo a una disminución total del 20%. Esto permitiría abaratar insumos para la industria, fomentar exportaciones y aumentar la competitividad frente a tratados como el T-MEC o la Alianza del Pacífico.
Los desafíos persisten: las asimetrías entre economías miembro, los cambios políticos internos y la necesidad de mayor infraestructura logística y digital condicionan la efectividad del libre comercio. Sin embargo, el renovado dinamismo muestra que el bloque está decidido a dejar atrás una visión cerrada y avanzar hacia un modelo más abierto, competitivo e integrado al mundo.









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