El liderazgo como escudo: La visión de servicio de Verónica Castro

Para la Vicepresidenta y Directora Ejecutiva en Centroamérica para Cargill Food Latinoamérica, liderar es una responsabilidad de servicio. Su gestión se enfoca en construir entornos inclusivos, empoderar equipos y conectar toda la cadena de valor bajo el propósito de brindar nutrición de forma sostenible.

(M&T)-. Bajo este contexto, donde el mundo empresarial evoluciona constantemente, el concepto de liderazgo se ha transformado, dejando atrás los modelos jerárquicos usados anteriormente, para dar paso a una visión más humana y colaborativa. 

Para Verónica Castro, Vicepresidente y Directora Ejecutiva en Centroamérica para Cargill Food Latinoamérica, esta evolución se resume en una convicción fundamental: el liderazgo debe ser, ante todo, auténtico.Su filosofía se aleja de la autoridad tradicional y se ancla en un principio que redefine el poder: “liderar no es un privilegio para ser servido, sino una responsabilidad para servir”. 

Esta visión, que pone a las personas y a los equipos en el centro de toda estrategia, no solo moldea su estilo de gestión, sino que impulsa la transformación de una de las compañías de alimentos más importantes de la región.

Para Castro, un liderazgo efectivo es aquel que inspira confianza, traza una visión clara del futuro y, crucialmente, sabe guiar a su equipo para adaptarse a los constantes cambios y desafíos del entorno. Su estilo personal se despliega en acciones concretas que buscan cultivar un terreno fértil para el crecimiento colectivo. 

En primer lugar, se enfoca en crear entornos inclusivos, espacios seguros donde cada persona se sienta valorada y pueda mostrarse tal cual es, sin temor a ser juzgada. 

Segundo, practica un liderazgo que empodera a los equipos, dándoles autonomía para innovar, la confianza para asumir riesgos y, sobre todo, el permiso para aprender de sus errores, convirtiendo cada fallo en una oportunidad de mejora. 

Finalmente, su método se complementa con una escucha activa y una genuina disposición para adaptarse a las necesidades del grupo, priorizando siempre el bien común y manteniendo una motivación colectiva orientada a alcanzar metas compartidas.

Esta filosofía centrada en las personas es el motor de la estrategia de innovación de la compañía, una estrategia que nace directamente de su propósito global: “nutrir al mundo de manera segura, responsable y sostenible”. Consciente de este compromiso, Cargill ha evolucionado su operación para constituirse como Cargill Food Latinoamérica, un modelo de negocio que integra su portafolio completo de alimentos de una forma más ágil y eficiente. 

Esta transformación, que busca consolidar a la empresa como un referente en la industria, fortalece su presencia en la región con una oferta amplia y diversificada que incluye proteínas, aceites, harinas, cacao y edulcorantes, entre otros. 

Para mantenerse a la vanguardia, Castro se enfoca en escuchar constantemente al mercado para anticipar tendencias y hábitos de consumo; en conectar a toda la cadena de valor, desde agricultores y productores hasta clientes y consumidores y en innovar con propósito, asegurando que cada mejora aporte un valor real y fortalezca el bienestar de las comunidades.

El camino hacia este tipo de liderazgo no ha estado exento de desafíos. Para Castro, uno de los retos más significativos fue asumir roles que históricamente habían sido ocupados por hombres, enfrentando la presión de representar a Cargill en espacios dominados por voces masculinas. 

“Nuestra fuerza no vendrá de la agudeza de nuestras lanzas, sino de nuestra disposición a ofrecer a otros la protección de nuestros escudos”.

Al inicio, confiesa, sintió el peso de tener que demostrar su capacidad, pero pronto aprendió que el primer paso era fortalecer la autoconfianza. En este proceso, fue fundamental contar con personas que creyeron en ella y la apoyaron. Hoy, ve con optimismo cómo la creciente presencia de mujeres en puestos estratégicos no solo rompe paradigmas, sino que “abre caminos para las generaciones que vienen”.

Mirando al futuro, el legado que Verónica Castro desea construir es uno que trascienda los resultados comerciales. Su aspiración es que Cargill sea reconocida como una compañía profundamente comprometida con su propósito de nutrir al mundo de manera segura, responsable y sostenible.

Un legado donde se hayan fortalecido las relaciones de confianza en toda la cadena de valor para garantizar la seguridad alimentaria , y donde la empresa sea un verdadero lugar de oportunidades, en el que el talento sea reconocido y las personas se sientan incluidas, valoradas y motivadas para asumir cualquier reto.

Su visión del liderazgo se resume en una cita inspirada en la cultura espartana que la acompaña siempre: “Nuestra fuerza no vendrá de la agudeza de nuestras lanzas, sino de nuestra disposición a ofrecer a otros la protección de nuestros escudos”. 

Es un reflejo de su deseo más profundo: ser recordada por haber servido a los demás y por haber ayudado a que Cargill fuera un lugar donde el compromiso colectivo llevó al éxito a todos: colaboradores, clientes, consumidores y comunidades.

Una mirada al pasado

En contraste a esto y en retrospectiva, tiene cinco consejos claves que le daría a Verónica Castro en su primer día como CEO si pudiera retroceder el tiempo: 

1. Cree en ti: tienes la capacidad de lograr todo lo que te propongas con esfuerzo y dedicación. 

2. Encuentra pasión en lo que haces: el éxito no solo está en el resultado, sino en disfrutar el camino. 

3. Sal de tu zona de confort: allí es donde se da el mayor aprendizaje. 

4. Haz escuchar tu voz: tus ideas y puntos de vistas son valiosos. 

5. Nunca dejes de aprender: la preparación constante es clave para liderar con visión y confianza.