Conozca cómo la electrificación impulsa inversiones y sostenibilidad en la región
- Walter Rivera
- hace 4 horas
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El debate energético global está experimentando un giro determinante, y América Latina se encuentra en uno de sus momentos más prometedores. La región no solo avanza hacia modelos más eficientes y sostenibles, sino que está demostrando que la transición energética puede ser una oportunidad económica real para empresas, comunidades y gobiernos.

(M&T)-. Según cifras recientes, América Latina desarrolla casi 1.800 proyectos de energía renovable, con una inversión superior a US$113 mil millones, lo que posiciona a la región como un actor clave en la transformación energética global. Este impulso no responde únicamente a políticas climáticas, sino también a una combinación de innovación tecnológica, costos competitivos y disponibilidad de recursos naturales.
El proceso de electrificación, entendido como la sustitución de procesos basados en combustibles fósiles por electricidad, avanza rápidamente en el continente. De acuerdo con especialistas citados por Panduit, los avances en baterías, vehículos eléctricos, bombas de calor y sistemas de almacenamiento han permitido que esta transición sea no solo viable, sino estratégica para la competitividad de las organizaciones. La electrificación amplía el uso de energías renovables, ya que todas ellas producen electricidad como insumo base.
En el escenario internacional, la región también responde a compromisos globales. Durante la COP28 en Dubái, los países acordaron triplicar la capacidad mundial de energía renovable para 2030, un objetivo cuyo progreso será evaluado en COP30, que se celebrará en Brasil. América Latina llega a esta revisión con resultados destacados: alrededor del 60% de su electricidad proviene de fuentes verdes, según Statista, con especial peso de la hidroelectricidad, además de la energía eólica y solar.
Para Andrew Hammond, gerente de Marketing de Producto de Energía Renovable de Panduit, el crecimiento acelerado de la electrificación tiene una explicación clara: “La innovación tecnológica está haciendo posible esta transición, y además la está convirtiendo en una decisión estratégica”. El ejecutivo enfatiza que las empresas pueden reducir costos operativos y avanzar en sostenibilidad sin depender exclusivamente de incentivos estatales, gracias a una mayor eficiencia energética y a la madurez del mercado renovable.
De hecho, las energías renovables se han convertido en las alternativas más económicas en la mayoría de los mercados, una tendencia que marca un punto de inflexión. Antes, la electricidad limpia implicaba costos adicionales; hoy, en muchas regiones, es más barata o igual de accesible que las fuentes tradicionales. Además, en contextos donde la demanda energética crece rápidamente, las fuentes renovables son la forma más ágil de ampliar la oferta disponible, destacó Hammond.
La electrificación también genera beneficios estructurales para las empresas, como una mayor autonomía. A diferencia de los sistemas dependientes de combustibles fósiles, la electricidad puede generarse, almacenarse y gestionarse internamente, lo que reduce vulnerabilidades y fortalece la resiliencia operativa. Este control permite optimizar recursos y minimizar impactos ambientales, un valor añadido relevante para organizaciones con objetivos ESG.
Panduit, que impulsa soluciones tecnológicas e infraestructura energética desde hace décadas, subraya que esta transición aún está en una fase de crecimiento, con un potencial significativo para los próximos años. Según Hammond, los próximos cinco a diez años serán decisivos, a medida que más empresas y comunidades comprendan los beneficios económicos, ambientales y operativos de la electrificación.
Con casi 60% de electricidad limpia, inversiones millonarias en energías renovables y una aceleración tecnológica sin precedentes, América Latina avanza hacia un modelo energético más competitivo, eficiente y sostenible. La transición ya no es un ideal futuro: es una realidad en construcción que está reconfigurando la base energética de la región.





