La degradación de los ecosistemas afecta directamente la estabilidad y sostenibilidad de las organizaciones, la economía y la sociedad en general.
(M&T)-. Los cambios en la disponibilidad de agua, la calidad del suelo, la biodiversidad y la escasez del capital natural y de servicios ecosistémicos pueden incrementar los costos operativos, reducir la disponibilidad de materias primas y afectar negativamente las cadenas de suministro de las empresas. Además, la pérdida de biodiversidad puede generar riesgos reputacionales y regulatorios, influyendo en la percepción de los consumidores e inversionistas.
Un ejemplo es la industria farmacéutica, donde el 50% de los medicamentos recetados a nivel global se basan en una molécula que se encuentra naturalmente en una planta y el 25 % de los fármacos utilizados en la medicina moderna se obtienen de plantas que crecen en selvas tropicales, según se menciona en el estudio “Incremento de los riesgos naturales: por qué la crisis que está engullendo a la naturaleza es importante para la empresa y la economía”, publicado por el Foro Económico Mundial. De ahí que, por culpa de la tala, los incendios forestales, y la contaminación ambiental, se pierde un importante fármaco potencial cada dos años.
En general, la degradación de los ecosistemas representa un desafío complejo y multifacético para las organizaciones. Por eso, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, quisimos entrevistar a Andrea Segura, gestora ambiental y experta en riesgos ASG para la firma Evo Consultoras, sobre las prácticas sostenibles que las empresas pueden adoptar para gestionar adecuadamente los riesgos y oportunidades relacionados con la naturaleza.
¿Existe algún estándar internacional que guíe a las empresas sobre cómo pueden gestionar su impacto con la naturaleza de mejor manera?
Muchas empresas, motivadas por un liderazgo con visión sostenible o por solicitud de proveedores, clientes o inversionistas, se ven en la necesidad de alinearse con marcos y directrices en materia de sostenibilidad. Considero que uno de los más importantes es el Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD), una iniciativa global que contiene un marco coherente y estandarizado para que las organizaciones puedan reportar sobre sus riesgos y oportunidades relacionados con la naturaleza, y al mismo tiempo, fomenta una mejor gestión de esos riesgos y promueve inversiones más sostenibles.
¿Cómo pueden las organizaciones identificar sus impactos y dependencias en relación a la naturaleza, según el TNFD?
Tienen que mapear dependencias e impactos a lo largo de su cadena de valor. Es decir, es esencial identificar el impacto ambiental de la empresa y, por ende, los recursos naturales que la organización utiliza y que podrían verse afectados por sus operaciones. Por ejemplo, la empresa debe saber de dónde viene la materia prima para el desarrollo de sus productos (si son fuentes naturales como madera, fibra, u otros), y el agua y la electricidad que consumen. En el caso de empresas del sector agrícola o de alimentos, la calidad del suelo y los servicios ecosistémicos también son factores que se deben analizar en ese mapeo de dependencias.
Después hay que evaluar los riesgos y oportunidades a partir de los cambios que se pueden presentar en la naturaleza y cómo estos pueden afectar la viabilidad a corto, mediano y largo plazo de la organización.
Puntualmente, el TNFD desarrolló un proceso de evaluación integral denominado LEAP (Locate, Evaluate, Assess y Prepare) para ayudar a informar las decisiones sobre estos temas materiales. Esta metodología evalúa en detalle los impactos directos e indirectos asociados a las operaciones de la organización y cómo estas afectan la naturaleza y viceversa, tanto en el presente como en escenarios futuros.
¿Qué tipo de métricas se recomiendan para empresas que deseen alinearse con el TNFD?
Las métricas y objetivos están asociados tanto a la industria o sector al que pertenece la empresa, para esto el TNFD desarrolló guías sectoriales que integran métricas de referencias que pueden ser consideradas por las empresas, sin embargo, la definición de estas va a depender de los impactos, riesgos y oportunidades identificados.
A nivel general podemos hablar de: reducción de huella de carbono y agua, biodiversidad, uso sostenible de recursos, descarga de aguas residuales, generación de residuos y desechos, huella de plástico, alteraciones biológicas, extracción de materias primas, entre otras.
Y para integrar el marco TNFD en sus operaciones diarias y en su reporte no financiero, ¿qué deben hacer?
En principio, deben realizar acciones de capacitación y sensibilización dirigidas a personas líderes de la empresa y equipos clave sobre la importancia y los beneficios del TNFD.
También es importante aplicar una evaluación inicial para identificar los impactos y dependencias de la organización en relación a la naturaleza, e integrar los hallazgos de la evaluación en la estrategia empresarial y en las políticas de sostenibilidad.
A partir de ahí, será necesario desarrollar capacidades internas para gestionar los riesgos y oportunidades relacionados con la naturaleza e incorporar las métricas y objetivos del TNFD en los reportes no financieros y de sostenibilidad.
Recordemos que el TNFD fue diseñado para cumplir con los requisitos de presentación de informes empresariales en cualquier país, es decir, es consistente con la línea de base global para los informes de sostenibilidad corporativa y para estar alineados con los objetivos del Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal y las Normas NIIF del IFRS.
Desde mi punto de vista, el Día Mundial del Medio Ambiente es el momento ideal para ir más allá de las actividades protocolarias y los discursos, y comprometerse verdaderamente con una gestión de riesgos ambientales bajo un marco internacional, que puede ofrecer a las empresas una ventaja competitiva y un elemento diferenciador en su manera de operar.
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