Airbnb destaca tres destinos costarricenses por su calidez y atención excepcional

¿Qué convierte a un destino turístico en el más hospitalario? No solo es la belleza natural o la calidad de los alojamientos, sino también la calidez humana de quienes reciben a los visitantes.

(M&T)-. En este sentido, Airbnb reveló el top tres de destinos más hospitalarios de Costa Rica en 2024, según las valoraciones de los propios huéspedes: La Fortuna, Jacó y Cahuita encabezan la lista por su excepcional nivel de atención.

La Fortuna se posiciona como el destino con mayor crecimiento en hospitalidad joven. Más del 10% de los anfitriones en esta zona son menores de 30 años, un grupo que creció más del 30% respecto al año anterior. Esta combinación de juventud y naturaleza, con atractivos como el volcán Arenal y las aguas termales, ha consolidado a La Fortuna como un imán para el turismo.

Por su parte, Jacó se distingue por la experiencia de sus anfitriones adultos mayores, quienes representan alrededor del 20% de la comunidad anfitriona, con un incremento del 5% en comparación con 2023. Conocido por sus playas ideales para el surf y su vida costera vibrante, este destino refleja una hospitalidad basada en tradición y calidez generacional.

El tercer lugar lo ocupa Cahuita, con un aumento del 15% en nuevos anfitriones y un dato revelador: el 50% de quienes ofrecen hospedaje en esta localidad son mujeres. Su parque nacional, fauna diversa y senderos hacen de este enclave caribeño un punto de encuentro entre naturaleza y hospitalidad auténtica.

Estas cifras no solo resaltan el esfuerzo individual de los anfitriones, sino también una tendencia positiva en la economía del turismo local. Airbnb utiliza las reseñas y calificaciones para evaluar la experiencia del huésped, considerando aspectos como la limpieza, la rapidez de respuesta, la fluidez del registro y el valor del hospedaje.

En paralelo, Costa Rica no solo se destaca por su hospitalidad, sino también por los retos que enfrenta. A propósito de los flujos migratorios, el país ha sido uno de los principales receptores de personas refugiadas en la región, lo cual plantea costos económicos y sociales que impactan en su sistema de salud, educación y mercado laboral. Estas situaciones exigen un enfoque equilibrado entre solidaridad y sostenibilidad.