Estados Unidos pierde aprobación mundial durante la presidencia de Trump

Durante la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos experimentó un cambio profundo en su política exterior que redujo significativamente su influencia global.

(M&T)-. Bajo la consigna de “America First”, el país abandonó compromisos multilaterales, tensó relaciones históricas y promovió una visión nacionalista que modificó por completo su rol tradicional como actor central del orden mundial.

Esta estrategia, lejos de fortalecer su liderazgo, derivó en un aislamiento progresivo, dejando espacio a otras potencias como China y Rusia para avanzar en diplomacia y cooperación internacional. A continuación, analizamos cinco dimensiones clave de este repliegue estadounidense.

Una de las primeras decisiones que marcó este giro fue el abandono del Acuerdo de París sobre el cambio climático en 2017, acción que provocó rechazo internacional pese a que fue defendida como una medida para proteger la economía nacional. Este fue apenas el inicio de una serie de retiros estratégicos: del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2018, de la UNESCO en 2017 y del acuerdo nuclear con Irán (JCPOA) en 2018. Estas salidas debilitaron la capacidad de influencia de EE. UU. y fomentaron el avance de rivales geopolíticos.

Durante su mandato, Trump modificó el tono y fondo de la relación con aliados históricos. En la cumbre del G7 de 2018, se desmarcó del consenso al rechazar el comunicado final y atacar a Justin Trudeau, primer ministro de Canadá. Además, comparó a la OTAN con tratados económicos ineficientes y acusó a sus miembros de depender excesivamente del aporte estadounidense. La imposición de aranceles a productos de Europa, Canadá y México deterioró aún más los vínculos comerciales y diplomáticos con estas regiones.

Otra característica llamativa fue su afinidad con figuras controvertidas en la política mundial. Mantuvo una relación cálida con Vladimir Putin, incluso cuando se confirmaba la injerencia rusa en las elecciones de 2016. En 2018, se convirtió en el primer presidente estadounidense en reunirse con Kim Jong-un en una cumbre sin resultados concretos. Asimismo, cultivó una alianza ideológica con Jair Bolsonaro, con quien compartió posturas en temas ambientales y de migración.

Según encuestas globales, la imagen de EE. UU. tocó mínimos históricos durante esta etapa. Un informe de Gallup reportó una caída al 30% en la aprobación global del país en 2018, mientras que el Pew Research Center identificó niveles bajísimos de confianza en naciones como Alemania (26%), Francia (31%) y Reino Unido (41%). Esta percepción reflejaba el impacto negativo de las decisiones unilaterales en la opinión pública internacional.

Impacto en la cooperación académica y científica

Las políticas migratorias restrictivas también afectaron al sector educativo. La prohibición de ingreso a personas provenientes de varios países de mayoría musulmana redujo el flujo de estudiantes internacionales, debilitando el soft power estadounidense en campos como la investigación, la innovación y la colaboración científica. Las universidades reportaron descensos notables en la matrícula extranjera, una de sus fuentes clave de diversidad y proyección global.

Aunque la política exterior de Trump fue respaldada por sectores que valoran su enfoque nacionalista, el costo fue alto: aislamiento internacional, debilitamiento de alianzas y pérdida de liderazgo global. Las consecuencias de este repliegue aún se sienten en la configuración del poder mundial actual, marcando un antes y un después en la forma en que el país se relaciona con el resto del mundo.