El retorno del proteccionismo redefine el comercio global y desafía a Latinoamérica
- M&T

- 28 oct
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La economía mundial está experimentando un retorno del proteccionismo que redefine las reglas del comercio internacional. Las principales potencias, encabezadas por Estados Unidos, China y la Unión Europea, están reintroduciendo barreras arancelarias y subsidios estratégicos para proteger sectores clave, desde la energía hasta la tecnología.

(M&T)-. Esta tendencia, que rompe con décadas de apertura, plantea nuevos desafíos para las economías latinoamericanas, dependientes de las exportaciones.
El Banco Mundial advierte que en los últimos dos años se han registrado más de 3,000 medidas comerciales restrictivas a nivel global, la cifra más alta desde 2009. El impacto se siente especialmente en países exportadores de materias primas e insumos industriales, que ahora enfrentan costos adicionales y condiciones de acceso más complejas. En un entorno donde cada nación prioriza su producción interna, la competitividad latinoamericana se pone a prueba.
Los sectores más afectados son los de manufactura, alimentos procesados y tecnología, debido a las nuevas regulaciones sobre origen, trazabilidad y contenido local. En América Latina, esto podría ralentizar la recuperación de las exportaciones, especialmente en mercados que dependen del comercio con Estados Unidos y Europa. Según datos de la CEPAL, un aumento del 10% en las barreras arancelarias globales puede reducir hasta en 2 puntos porcentuales el crecimiento del comercio regional.
Sin embargo, este giro también abre oportunidades. Ante las tensiones entre Washington y Pekín, algunos países latinoamericanos se perfilan como socios estratégicos en el proceso de “nearshoring”, ofreciendo proximidad geográfica, estabilidad política y costos competitivos. México, Costa Rica y República Dominicana ya atraen inversión extranjera orientada a diversificar las cadenas de suministro fuera de Asia.
El desafío para la región será mantener equilibrio entre apertura y protección, fortaleciendo la producción local sin aislarse del comercio global. Las políticas industriales modernas (basadas en innovación, digitalización y sostenibilidad) pueden ayudar a mejorar la competitividad sin recurrir al cierre económico. La clave estará en convertir el proteccionismo global en una oportunidad para reindustrializar la región.
El mundo se está moviendo hacia un modelo de competencia controlada, donde cada país protege su futuro tecnológico y energético. En este contexto, América Latina debe actuar con visión estratégica: no solo exportar, sino agregar valor, innovar y construir autonomía económica ante un sistema internacional cada vez más fragmentado.









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