Desigualdad en puertos: Asia avanza, América Latina se estanca
- M&T
- hace 7 horas
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Los puertos se han convertido en termómetros de la economía mundial, reflejando tanto la fortaleza como la fragilidad de las cadenas de suministro globales.

(M&T)-. En medio de crisis sucesivas, su desempeño se ha vuelto un indicador clave de la capacidad de los países para responder a desafíos económicos y logísticos.
Un reciente informe del Banco Mundial revela que el rendimiento portuario sigue mostrando grandes disparidades entre regiones, con algunos puertos adaptándose rápidamente a los cambios y otros enfrentando rezagos que impactan el comercio. Entre los factores que explican estas diferencias destacan la inversión en infraestructura, la eficiencia en procesos aduaneros y el uso de tecnologías digitales.
El análisis evidencia que los puertos asiáticos dominan en competitividad, gracias a inversiones sostenidas en capacidad y automatización. En contraste, varios puertos de África y América Latina muestran limitaciones estructurales que afectan la rapidez de las operaciones. Estas brechas no solo condicionan los tiempos de transporte, sino también los costos para importadores y exportadores.
Según el reporte, la persistencia de choques externos como conflictos, desastres naturales y tensiones geopolíticas continúa presionando los sistemas logísticos. Sin embargo, la resiliencia depende en gran medida de la capacidad de los países de modernizar sus puertos y asegurar procesos transparentes y ágiles.
Uno de los hallazgos más relevantes es que los puertos con mayor adopción de digitalización logran reducir significativamente los tiempos de espera y mejorar la previsibilidad de las operaciones.
Esto confirma que la innovación tecnológica ya no es un valor agregado, sino una necesidad para mantener competitividad en el comercio internacional.
El Banco Mundial subraya que las mejoras en conectividad portuaria tienen un efecto directo en el crecimiento económico, ya que los retrasos y sobrecostos pueden impactar hasta en un 25 % el precio final de algunos productos, afectando principalmente a las economías más vulnerables.