Las carreras de Ciencia, Tecnología y Salud presentan una brecha salarial de género de
hasta un 25% a nivel global.
(M&T). Las organizaciones juegan un papel crucial en la lucha por la igualdad y equidad de género, ya que pueden transformar el panorama laboral femenino mediante su filosofía e iniciativas, proporcionando oportunidades para el crecimiento profesional y brindando apoyo en ámbitos familiares.
El más reciente informe del Estado de la Nación (2023) revela una desventaja estructural
para la población femenina, con un 39% menos de probabilidad de obtener empleo en
comparación con los hombres.
Además, la Organización Internacional del Trabajo ha identificado que más del 80% de los países presenta una brecha salarial de género, que oscila entre el 5% y el 25% en áreas como Ciencias, Ingenierías o Salud.
¿Qué pueden hacer las empresas para impulsar el cambio y cuáles acciones están
implementando actualmente?
ManpowerGroup, líder global en soluciones de talento humano y experto en todo el ciclo laboral, no solo busca orientar a sus clientes hacia avances en cuestiones de género, sino que también sirve como ejemplo al ejecutar estrategias concretas para reducir estas brechas.
“En ManpowerGroup mantenemos un compromiso global para erradicar cualquier forma de discriminación de género. Buscamos eliminar sesgos desde los procesos de contratación y extendemos este compromiso a la hora de proporcionar espacios de desarrollo profesional que permiten a nuestras colaboradoras alcanzar puestos de liderazgo. En ese sentido, en ManpowerGroup un 70% de estas posiciones están ocupadas por talento femenino en Centroamérica y el Caribe”, afirmó Karina López, gerente País de ManpowerGroup Costa Rica.
La experta concluyó que un entorno laboral inclusivo es un pilar fundamental para el desarrollo sostenible, así como para el éxito empresarial. Promover la igualdad de género es un esfuerzo para asegurar una sociedad sana, que involucra la reducción de la pobreza, la promoción de la salud, la educación y la transformación de las dinámicas profesionales, incluyendo los espacios de trabajo. Por eso, esta tarea recae en la población civil, los gobiernos y también las organizaciones.
Asimismo, existen diversas maneras en las que las organizaciones pueden superar las barreras de género:
Desarrollar políticas para garantizar la igualdad. Estas deben abarcar el reclutamiento -con una planilla equitativa en términos de género-, compensaciones, beneficios, la promoción, flexibilidad laboral y el bienestar emocional.
Implementar programas de mentoría. Invertir en tutorías, coaching o programas internos que fomenten el liderazgo, la eliminación de estereotipos e impulsen el crecimiento de las colaboradoras.
Adoptar políticas de cero tolerancias al acoso. Más del 28% de los países que prohíben la discriminación de género en el lugar de trabajo no garantiza protección frente a las represalias por denunciarla, según un libro publicado por World Policy Center en 2023. Esto visibiliza el gran trabajo que hay para erradicar conductas de acoso, además de promover la equidad, el respeto y la dignidad.
Expandir los esfuerzos más allá de la empresa. Implementar acciones desde la visión de sostenibilidad de la organización que tenga un impacto en las comunidades cercanas a la compañía, para atender las necesidades de las mujeres en temas de equidad.
Estudio de PwC muestra que el progreso hacia la igualdad de género sigue siendo lento
En el marco del Día Internacional de la Mujer 2024, PwC ha publicado dos estudios, el Índice de Mujeres en el Trabajo y La Inclusión Importa, en los que se concluye que el progreso global para lograr la equidad de género en el trabajo continúa a un ritmo lento.
Ahora en su duodécima edición, los últimos datos del Índice de Mujeres en el Trabajo de 2024 (Índice WiW) revelan que, al ritmo actual, se necesitará más de medio siglo para cerrar la brecha salarial de género en los 33 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Durante la última década, la puntuación promedio del Índice aumentó de 56.3 en 2011 a 68 en 2022. En la última actualización del Índice, la puntuación promedio de la OCDE mejoró en aproximadamente dos puntos, de una puntuación de 66 en 2021 a 68 en 2022.
Entre 2021 y 2022, la mayor parte de la mejora en la OCDE fue impulsada por un aumento en la tasa de participación de la fuerza laboral femenina del 70.8% al 72.1% y una caída en la tasa de desempleo femenino del 6.4% al 5.3%. Sin embargo, la brecha salarial promedio de género en la OCDE se amplió del 13.2% al 13.5% durante este período.
En cuanto a los sentimientos de las mujeres en el lugar de trabajo, la investigación La Inclusión Importa de PwC confirma que la diferencia salarial es un problema para las mujeres en el trabajo: sólo el 39% de las mujeres sienten que están siendo recompensadas económicamente de manera justa por su trabajo.
El ranking internacional del Índice WiW
Luxemburgo ocupa el primer lugar en el Índice, seguido de Islandia y Eslovenia. Los cinco primeros países del Índice en 2021 siguen ubicándose entre los cinco primeros en 2022, pero el orden ha cambiado.
El sólido desempeño de Luxemburgo fue impulsado por una mejora en todos los indicadores y especialmente por el hecho de que el país continúa teniendo la brecha salarial de género más baja de toda la OCDE. Con un -0.2%, la brecha salarial de género en Luxemburgo es negativa, lo que significa que, en promedio, el nivel salarial medio es más alto para las mujeres que para los hombres.
Los países nórdicos, Finlandia, Noruega, Dinamarca, Suecia e Islandia, aparecen todos entre los 11 primeros.
México ha obtenido el puntaje más bajo en el Índice desde 2018. Su bajo desempeño en 2022 se debió principalmente a una alta brecha salarial de género del 17% junto con una tasa inferior de participación femenina en la fuerza laboral del 50% en comparación con una brecha salarial de género promedio del 14% en toda la OCDE y una tasa de participación femenina del 72%.
Australia registró la mayor mejora en su clasificación, subiendo siete lugares desde el puesto 17 en 2021 al décimo en 2022, con un aumento de 6,6 puntos en su puntuación en el Índice. Esto se debió a una mejora en los cinco indicadores y, en particular, a la brecha salarial de género, que cayó del 14.2% en el 2021 al 9.9% en 2022.
Por el contrario, el Reino Unido experimentó la mayor caída en el ranking, cayendo cuatro puestos desde el 13º en 2021 al puesto 17 en 2022.
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