La gestión integral de riesgos o ERM se ha convertido en una de las herramientas gerenciales más relevantes para convertir los riesgos en oportunidades. Existe un sinnúmero de organizaciones, que a través de ERM, logran crear y proteger valor sistemáticamente, ser más resilientes, competitivas y sostenibles. Fundamentalmente, la gestión de riesgos hace que las organizaciones se preparen mejor ante los riesgos, lo cual las hace prepararse mejor ante las vicisitudes que puedan estar a la vuelta de la esquina.
Un ERM consistentemente va elevando su significancia para actuar concomitantemente con el buen gobierno corporativo, el control interno y la planeación estratégica en un coordinado engranaje. Lo anterior proporciona herramientas de toma de decisión a la alta gerencia, a nivel de Junta Directiva, y de manera transversal en la organización. De esta manera, contar con un ERM pasó de ser un “nice to have” y se ha convertido en un “must have”, y en general parte desde un compromiso y mandato desde la alta gerencia, que es luego difundido y permeado en toda la organización en la apropiada Cultura de Riesgos.
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Pero, ¿qué tipo de empresas necesitan los servicios de ERM? De acuerdo con Antonia Durán, Líder Regional de la práctica de ERM en Latinoamérica y Líder de Marsh Risk Consulting Centroamérica y Caribe, si se compara una organización con un barco, donde el “capitán” del barco está representado por la alta gerencia, el “cartógrafo” o quien traza la trayectoria es la planeación estratégica y la tripulación es el resto de la organización, ERM sería el “vigía”. “Es aquella funcionalidad que me permitirá ver más lejos y cambiar el rumbo si es necesario ante circunstancias cambiantes de la trayectoria”, asegura.
¿Por dónde empezar?
Durán explica que si en la organización no se ha ejecutado ninguna actividad de Gestión de Riesgos, es recomendable empezar por “tomar una radiografía” de la actualidad organizacional, a través del levantamiento de los riesgos estratégicos. Luego de contar con esta matriz de riesgos, es lógico continuar con los siguientes pasos del proceso de gestión de riesgos: tratarlos, monitorearlos, comunicarlos y registrarlos. Adicionalmente, este proceso se debe cumplir sobre unas bases o cimientos de la gestión de riesgos, como la Política de Riesgos que contiene la declaración del apetito de riesgos desde la alta gerencia, y el Manual de Gestión de Riesgos, que contiene el procedimiento.
La experta detalla que la aplicación de ERM no es exclusiva para ningún sector industria, ni tampoco para determinado tamaño de organización. Todas las organizaciones pueden aplicar la gestión integral de riesgos. A pesar de lo anterior, existen diferentes grados de madurez en las empresas de ciertos sectores. En el estudio Reimagine Risk, el cual se hace en conjunto entre Marsh Risk Consulting y the Risk and Insurance Management Society (RIMS), típicamente se encuentra que los sectores financiero, minero y energético son los que mayor avance tienen.
“Es necesario que el alcance que se le otorgue al ERM en la organización, responda a su tamaño, estructura, complejidad y ritmo de desarrollo. Las organizaciones en que mejor funciona la aplicación de ERM son aquellas en las que la gestión de riesgos se ha adoptado de manera práctica y por convicción, en especial, la de la alta gerencia. En el lado opuesto de la balanza, se encuentran aquellas organizaciones en las que se ha aplicado llanamente por cumplir con un requerimiento regulatorio o por obligación”, concluye Durán.
En Guatemala existen pocas empresas que ofrecen este servicio de manera integral, Tecniseguros, corresponsal de Marsh & McLennan Companies, brinda asesoría para la implementación de esta práctica. Si desea más información puede escribir a: informacion@tecniseguros.com.
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