Por Alejandra Ordoñez
Cuando en 1935 don Luis Torres fundó su empresa de quesos en la hacienda Petacones, en El Salvador, no se imaginó que aquel emprendimiento que se inició como una quesería artesanal, se iba a convertir en toda una empresa láctea productora de los codiciados Quesos Petacones, que distribuye dentro y fuera de las fronteras salvadoreñas.
Actualmente cerca del 20% de los productos Quesos Petacones tiene como destino el mercado de Estados Unidos, y según Federico Colorado, gerente general, los tratados de libre comercio (TLC) constituyen la ruta a través de la cual la compañía ha logrado su internacionalización. “El TLC con Estados Unidos nos permitió triplicar nuestras ventas al exterior”, asegura el directivo, quien agregó que contar con todas las certificaciones sanitarias y fitosanitarias, y poseer una fábrica aprobada por la FDA de Estados Unidos, así como por el Ministerio de Salud y de Medio Ambiente de El Salvador, también incidió en el incremento de sus ventas.
Ante el crecimiento de la demanda, la inversión ha sido la opción. Así, Quesos Petacones ha invertido alrededor de US$1.5 millones en el nuevo centro de distribución, ampliación de la planta procesadora, nuevos vehículos y equipo de oficina. Además, se invertirá en su planta procesadora, ubicada en el departamento de San Vicente, con el fin de ampliarla y dotarla de nueva maquinaria, y así “adaptarse a los procesos de diversificación que la empresa requiere”, asegura Colorado.
Y es que el sector lácteo centroamericano es reconocido por su contribución al desarrollo de actividades económicas locales ligadas a los procesos productivos de extracción, procesamiento, industrialización y comercialización de la leche y sus derivados; los cuales propician la generación de empleo y añaden valor agregado durante todo el proceso productivo, principalmente cuando logran ascender a través del comercio internacional en mercados con estándares de consumo más exigentes.
Facilidades comerciales
Lo que es indudable es que el sector lácteo de hace una década no es el mismo de hoy, siendo la diversificación de los destinos de exportación la transformación más importante que ha tenido durante los últimos años. “A pesar que el mercado intrarregional centroamericano ha funcionado como el principal nicho de internacionalización del sector lácteo, representando actualmente un 78.3 % de las exportaciones totales, se han diversificado los mercados de las exportaciones de lácteos y derivados, ampliando la lista de socios comerciales incluyendo a Estados Unidos, México, República Dominicana, la Unión Europea y Venezuela”, explica Javier Gutiérrez, Director Ejecutivo de la SIECA.
Datos oficiales revelan que en 2015 las exportaciones totales centroamericanas de productos lácteos ascendieron a US$409.0 millones; mientras que las importaciones totales fueron por US$612.3 millones. Esta cifra refleja el crecimiento que ha experimentado el sector, ya que entre 2006 y 2015 las exportaciones de los lácteos crecieron un 13%, a pesar de la disminución en el comercio internacional de 2015 que afectó de manera limitada a las exportaciones (-1.6% con respecto al 2014).
Según la SIECA, el volumen del comercio de lácteos en la región centroamericana en el 2015 fue de 245.5 millones de toneladas métricas en exportaciones, mientras que se importaron 265.3 millones.
A la caza de nuevos aliados
A partir de 2006 las exportaciones lácteas centroamericanas han presentado ligeras variaciones en los mercados de destino, aunque la alta participación del mercado intrarregional ha sido la constante en la internacionalización del sector. Para ese año, este mercado representaba el 91.4% de las ventas externas, siendo El Salvador y Guatemala los principales compradores, con un 66% de las importaciones intrarregionales.
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Sin embargo, a partir del 2015, la estructura de las exportaciones centroamericanas cambia, en un contexto marcado por la apertura comercial a través de acuerdos de libre comercio con socios extrarregionales como México, Estados Unidos y la Unión Europea.
De esta forma, aunque el mercado intrarregional es aún el principal destino de las exportaciones centroamericanas (78.3%); actualmente las ventas externas de lácteos en los mercados extrarregionales están experimentando un cambio significativo, en el que prevalecen las exportaciones a Venezuela, Estados Unidos y República Dominicana, destinos que representan, en su conjunto, el 21% de las exportaciones totales de la región.
Para Alfonso Escobar, presidente de Proleche, aunque El Salvador ha tenido históricamente buenas relaciones comerciales con Estados Unidos, fue desde el 2009 cuando mejoró notablemente la apertura de los lácteos salvadoreños en el país norteamericano.
“No son todavía cantidades que vayan a cambiar la estructura de producción, pero sí son importantes. Hay gran cantidad de salvadoreños en Estados Unidos, por lo tanto es un nicho de mercado especializado, que busca calidad. Eso es lo que están aprovechando muchas empresas en el país, es un mercado que se ha potenciado”, refiere
Escobar, quien detalla que el consumo de lácteos salvadoreños por parte de dicho país ha crecido de 100 toneladas a 700 toneladas, cifra que aunque parezca pequeña, para las empresas productoras resulta importante. “Lo mejor es que se está marcando una tendencia de mejora en los procesos y en el cumplimiento de los requerimientos”, asegura el directivo de Proleche.
Por otro lado, Arnaldo Gómez, director ejecutivo del Consejo Nacional para la Reglamentación y Fomento de la Industria Lechera (CONALECHE) de República Dominicana, hizo referencia a las principales transformaciones del sector lácteo dominicano y destaca como relevantes el acceso a mayor crédito para productores y procesadores lácteos, así como los avances que han tenido los productores en cuanto a calidad de forrajes y genética. Esto, asegura, ha traído como resultado una mayor productividad en el sector.
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