The Macallan lanza su expresión más refinada en Costa Rica

Hay productos que trascienden lo exclusivo y se convierten en verdaderos íconos del tiempo, el detalle y la perfección. Eso representa la más reciente llegada al mercado costarricense: un whisky que no solo se bebe, se contempla.

(M&T)- The Macallan ha presentado en Costa Rica su más sofisticada expresión de la línea Double Cask, una edición limitada que ha sido madurada durante 30 años en barricas de roble sazonadas con jerez. Solo estará disponible en hoteles de lujo seleccionados y en cantidades reducidas en tiendas Bottega, con precios estimados de ₡5.200.000 colones (aproximadamente US$9,800) para esta versión, y ₡5.700.000 colones (alrededor de US$10,750) para su contraparte, el Sherry Oak 30 Años.

La distribución estará a cargo de Alpiste, quien reafirma su papel como actor clave en el segmento de bebidas premium al acercar al consumidor costarricense una expresión que combina paciencia, maestría y autenticidad. Según explicó Marco Roldán, gerente de marca y destilados de Alpiste, “con esta añada buscamos ofrecer lo extraordinario: una muestra líquida de 30 años de dedicación”.

Este single malt nace del ensamblaje entre barricas de roble americano y europeo sazonadas con jerez. La madera proviene de los bosques del norte de España, los Pirineos franceses y regiones como Ohio o Kentucky, y es cuidadosamente trabajada bajo la supervisión del Maestro de la Madera, garantizando estándares inquebrantables.

El resultado es una experiencia sensorial marcada por notas de frutas secas, especias dulces y chocolate oscuro, con una textura sedosa y un final persistente. Todo el proceso conserva el color natural del whisky, sin necesidad de aditivos.

Desde 1824, The Macallan ha construido una reputación sobre el valor del roble como el alma de su whisky. En sus propias palabras, “nuestras barricas no se improvisan, se diseñan con maestría y se respetan durante años, hasta alcanzar su máxima expresión”.

Con esta edición, la marca no solo lanza un producto de alta gama, sino que consolida su visión de legado: un whisky que no solo se disfruta, sino que se hereda. Una verdadera celebración del tiempo, la historia y la excelencia embotellada.