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Foto del escritorAlejandra Samayoa

Las inversiones sociales y en infraestructura pueden impulsar el crecimiento en América

La mayor parte de las economías recuperaron sus niveles prepandemia, pero esto no es suficiente. Los países de la región deben trabajar para lograr sociedades más justas e inclusivas.



Por Alejandra Ordóñez


(M&T)-. Las economías de América Latina y el Caribe recuperaron sus niveles prepandemia y la región recobró cierta sensación de normalidad, aunque la economía debe reactivarse para evitar un nuevo ciclo de bajo crecimiento. Las inversiones sociales y en infraestructura pueden convertirse en motores clave del crecimiento y la prosperidad compartida, de acuerdo al informe del Banco Mundial, Nuevos enfoques para cerrar la brecha fiscal.


Se calcula que el PIB regional crecerá 3,0% en 2022, una tasa mayor a lo previsto anteriormente debido al alza en los precios de las materias primas. No obstante, la fuerte incertidumbre que recorre el mundo como resultado de la guerra en Ucrania, la subida de las tasas de interés en los países desarrollados y las persistentes presiones inflacionarias impactarán sobre las economías de la región.



Se prevén tasas de crecimiento bajas, de 1,6% y 2,3% en 2023 y 2024, respectivamente, similares a los bajos niveles observados en la década de 2010. La inflación, que si bien en la mayoría de los países se encuentra en los niveles de la OCDE, requiere de esfuerzos continuos para que esta descienda al nivel de los objetivos anteriores.


“La mayor parte de las economías recuperaron sus niveles prepandemia, pero esto no es suficiente”, asegura Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, quien refiere que además de poner en marcha las reformas e inversiones necesarias para acelerar el crecimiento, los gobiernos deben encarar los costos estructurales: los años de escolarización perdidos, las vacunas no suministradas y el impacto diferido de la inseguridad alimentaria que la recuperación del PIB disimula.

Momento de replantear


De acuerdo con el Banco Mundial, la región está bien posicionada para replantear su trayectoria de desarrollo. El empleo prácticamente recuperó sus niveles de prepandemia, las escuelas reabrieron y, con excepciones en el Caribe, la elevada tasa de vacunación contra el covid-19 permitió el regreso a la normalidad. No obstante, las secuelas de la crisis persisten y deben ser atendidas.


Si bien la pobreza monetaria descendió del 30% en 2021 al 28,5% en 2022, sigue estando en un nivel alto; al tiempo que los costos a largo plazo de la crisis en la salud y la educación deben ser subsanados de manera urgente, tanto para reactivar el crecimiento como para mitigar el aumento en la desigualdad.



“Manejar la carga creciente de las deudas resultantes de la crisis mientras se genera un margen fiscal suficiente como para realizar inversiones que promuevan el crecimiento requiere de nuevas fuentes de ingresos que deberán ser cuidadosamente analizadas, así como un mejor uso del gasto existente. En promedio, se podría ahorrar el 17% del gasto público y, en dos tercios de los países, este ahorro serviría para eliminar los actuales déficits fiscales”, manifiesta William F. Maloney, economista en jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

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