La política que rompió el molde, entre la pasarela y el Parlamento

Durante años, la política ha sido sinónimo de sobriedad, trajes clásicos y declaraciones contenidas. Pero Sanna Marin, ex primera ministra de Finlandia, ha desafiado todos esos esquemas con una naturalidad que solo tienen quienes están convencidos de que la autenticidad también es una forma de liderazgo.

(M&T)-. A sus poco más de 30 años cuando asumió el cargo, Marin no solo se convirtió en la jefa de gobierno más joven del mundo, sino también en una figura global que reconfigura lo que significa ser mujer, millennial y poderosa en el siglo XXI.

Moda, redes y poder: Una combinación poco convencional

Desde sus primeras apariciones públicas, Marin demostró que para liderar un país no hace falta renunciar al estilo personal. Sus elecciones de vestuario (desde blazers minimalistas hasta vestidos escandinavos de diseño contemporáneo) han captado la atención de medios de todo el mundo, incluyendo Vogue y Elle, que la han elogiado por su elegancia “moderna y sin esfuerzo”.

Pero su influencia no termina en las pasarelas del poder. Marin ha sido activa en redes sociales, donde comparte aspectos personales de su vida sin dejar de lado su rol político, algo inusual en líderes de su nivel. Ya sea publicando fotos corriendo al amanecer, mostrando su apoyo al feminismo o compartiendo momentos íntimos con su familia, ha cultivado una imagen pública transparente, fuerte y cercana.

En una entrevista con BBC News (2022), Marin dijo:"Creo que es importante mostrar que los políticos también son humanos. Podemos disfrutar de la música, de la moda, de la vida, sin que eso nos haga menos responsables."

Críticas, fiesta y reivindicación

En 2022, Marin enfrentó críticas internacionales por aparecer en videos bailando con amigos. Mientras algunos sectores conservadores la acusaron de falta de seriedad, una ola de apoyo feminista la defendió con el hashtag #SolidarityWithSanna, que se volvió tendencia mundial. Lo que parecía una crisis de imagen terminó siendo una reafirmación de que las mujeres en el poder no tienen por qué pedir disculpas por vivir plenamente.

Como escribió la periodista Laura Bates en The Guardian (2022): “A Sanna Marin no se le cuestiona por su política exterior, sino por bailar con sus amigas. ¿A cuántos hombres líderes les pasa lo mismo?”

Un nuevo referente para una generación

Marin representa una nueva era de liderazgo, donde la ética del trabajo, el compromiso político y la autenticidad pueden convivir con la estética, la moda y la vida personal sin escándalos. Su estilo de vida, lejos de ser frívolo, reclama el derecho de las mujeres (y especialmente de las jóvenes) a ocupar espacios de poder sin despojarse de su identidad.

Mientras algunos aún se preguntan si puede una líder verse bien y gobernar a la vez, Sanna Marin ya respondió con hechos: lideró Finlandia durante una pandemia, impulsó el ingreso del país a la OTAN y lo hizo todo sin dejar de ser ella misma.

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