En la era de la información, donde la reputación es clave para el éxito organizacional, destaca la figura de José Antonio Llorente, un visionario que entendió la comunicación como una herramienta estratégica para desarrollar y fortalecer una imagen corporativa impecable.
Por: Pablo Duncan-Linch
Socio Director de CLC Comunicación, afiliada a Llorente y Cuenca (LLYC)
(M&T)-. Su perspectiva transformó la manera de comunicar en un entorno lleno de desafíos como el escepticismo y la desinformación.
José Antonio, co-fundador de LLYC, siempre enfatizó en la importancia de comunicar no solo bien, sino de manera excepcional. En un mundo en constante cambio, su enfoque se centraba en la adaptación y evolución continua para enfrentar nuevos retos. Reconoció que las redes sociales y los medios digitales no eran simplemente canales de difusión, sino espacios cruciales para el diálogo y la creación de comunidades.
El legado de Llorente es inmenso, especialmente en España y Latinoamérica. Fue un adelantado en entender cómo las crisis económicas influyen en la percepción pública y en la necesidad de restaurar la confianza a través de una comunicación ética y transparente. Su filosofía empresarial se centraba en la cercanía con la ciudadanía, generando credibilidad, confianza y empatía.
Más allá de su destreza profesional, José Antonio fue un ser humano excepcional, conocido por su generosidad y su compromiso con el crecimiento de las personas. Como líder de LLYC, impulsó una cultura corporativa innovadora, enfocada en el talento y la participación, y su amor por el arte y la filantropía reflejaban su visión holística.
Personalmente, mi encuentro con él marcó un hito en mi carrera. Su decisión de incorporar a CLC en LLYC reflejó una visión compartida basada en el talento y la excelencia. Bajo su guía, LLYC se posicionó entre las empresas líderes del sector, evidenciando su habilidad para prever el futuro y su enfoque en el crecimiento colectivo.
José Antonio no solo nos enseñó a comunicar, sino a conectar. Nos mostró cómo construir puentes de entendimiento y desarrollar relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo. Su legado perdura en cada estrategia y mensaje de LLYC y en la forma en que abordamos la comunicación hoy en día. Su visión sigue siendo una inspiración y guía para todos en CLC Comunicación y LLYC, impulsándonos a continuar su trabajo con pasión y propósito.
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